𝚌𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 2: 𝙽𝚘𝚜 𝚟𝚘𝚕𝚟𝚎𝚖𝚘𝚜 𝚊 𝚟𝚎𝚛.

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𝐁𝐫𝐨𝐨𝐤𝐥𝐲𝐧/𝐁𝐫𝐨𝐜𝐤....𝐞𝐧 𝐦𝐮𝐥𝐭𝐢𝐦𝐞𝐝𝐢𝐚






[𝓑𝓻𝓸𝓸𝓴𝓵𝔂𝓷]

- ¡Miller a detención!- Grita la profesora de literatura.

- ¡Eso es injusto! Sólo una persona con pensamiento machista podría decir eso, ¡Las mujeres podemos defendernos solas! ¡No necesitamos a un maldito príncipe de armadura que no se sabe lavar el culo!- grito en respuesta.

- ¡MILLER A DETENCIÓN! ¡QUEDA SUSPENDIDA DE MI CLASE POR UNA SEMANA!- vocifera con furia.

- ¡Usted es peor que el mismo Hitler!- suelto con odio.

Y con eso salgo del salón con los aplausos y gritos de aliento de mis compañeros de clases, bien, ni que quisiera quedarme en ese maldito lugar mientras la vieja mugrosa de la profesora se pasa diciendo que toda mujer depende de un hombre como las princesas que necesitan que un caballero la rescate, ¡Es una ridiculez!, podremos necesitar a los hombres pero no a tal rango, tener ese pensamiento es tener mierda en la cabeza.

¡Donde coños estuvo mi caballero cuando fui maltratada por mi padre!

¡Donde estuvo mi héroe cuando necesite que me ayudaran cuando me apuñalaron!

¡Donde mierda estuvo mi Príncipe cuando necesite que me rescataran de ese maldito infierno, en el que viví!

Golpeo con rabia mi casillero, doy un golpe tras otro mientras las lágrimas descienden por mi rostro, unos brazos me toman de los brazos y alejan del pobre casillero todo destruido, pronto frente a mi aparece Jace el cual me abraza y deja que me desahogue en su hombro, sus manos frotando con suavidad mi espalda. Cuando logro recuperarme, limpio las lagrimas que mojan mis mejillas, elevo mi vista conectando nuestras miradas, una sonrisa abriéndose paso en sus labios.

- No creas que por llorar en tu hombro ya soy una de las tantas zorras con las que te acuestas.- pronuncio con voz ronca por el llanto.

- Tu nunca cambias Brock.- le veo poner los ojos en blanco.

El se ríe y yo lo acompaño, niego con la cabeza divertida, definitivamente es una de las pocas personas que puede cambiar mi humor en tan solo segundos.

- ¿Qué haces afuera en horas de clases?- interrogo con curiosidad.

- Salí a fumar y uno de los guardias me vio y bueno a detención.- explica, mostrándome el cigarro que yace a medio terminar entre sus dedos.

- Vamos los dos juntos a mi también me han castigado.- propongo, comenzando a caminar por el corredor.

- ¿Crees que estarán los de otro día?- interroga, al tiempo que me tiende el cigarro.

- No creo, son niños de mamá, una cosa es meterse uno que otro día en problemas, pero ya dos días seguidos sería una brujería.- me burlo.

Nos dirigimos a la cafetería, tomamos unas hamburguesas con papas más unos refrescos y de postre budín de pan tomando uno de más.

Una vez con nuestro almuerzo y sin mocosos mimados molestando en los pasillos, nos encaminamos a la sala de detención, cuando nos adentramos en la sala de detención nos encontramos a la nerd del otro día junto a el muchacho el cual no me conozco el nombre y la morena de pelo ondulado, ¿Es en serio? ¿Ahora que pudieron hacer estos tres niños para meterse en problemas?.

Dejo mi bolso en el asiento junto al de Jace, con mi almuerzo, tomo uno de los postres y se lo dejo en el escritorio al profesor.

- Cortesía de su alumnos preferidos.- pronuncio con altanería.

- Sin duda los mejores, no entiendo esa manía de meterse en problemas, son mejores que la mayoría de los mocosos de este lugar.- pronuncia con confusión.

- Lo sabemos.-concuerdo y me siento sobre el escritorio, a un costado del profesor, Jace imita mi acción sentándose a mi costado, colocando nuestros almuerzos en el medio de nosotros.

Empiezo a comer mis papás fritas o patatas, observando como la nerd se retuerce en su lugar mientras se masajea el estómago, pongo los ojos en blanco y tomo la bandeja con mi almuerzo y se lo dejo en su banco, ella vuelve su mirada sorprendida en mi dirección, pero al verme cambia de idea y fija su mirada en la comida.

- Gra...gracias Pero...- comienza a tartamudear.

- Come y no digas nada, tienes hambre y se nota a leguas.- pronuncio con obviedad.

La chica me mira una vez más, dudosa.

- Señorita le recomiendo que coma lo que le están ofreciendo ya que de aquí hasta el fin de horario escolar no se mueve nadie.- apoya el profesor.

La chica posa su mirada en el en cuanto le habla, empieza a comer con movimientos dudosos, me vuelvo a mi lugar y tomo mi postre, me lo termino en cuestión de segundos, camino entre los bancos en dirección al joven de cabellos castaños rulosos, el cual me mira desde su lugar.

- ¿Cual es tu nombre?- pregunto, ubicándome en frente de el, sentándome sobre una mesa.

- Shawn.- responde con simpleza.

- Bien, dame de tu dinero.- pido, al tiempo que extiendo mi mano hacia él.

- ¿Qué?- me mira incrédulo ante mi petición.

-¿Qué eres sordo acaso? Que me des tu dinero así te compro algo para el almuerzo.- aclaro.

Luego de lo que parecen horas ya nos podemos ir, todos comienzan a salir, quedándonos a solas solamente yo y la pelinegra y yo.

- ¿Cuanto me va a costar lo del almuerzo?- interroga con voz suave.

La miro entre confundida y enojada, por sus palabras.

- Mira niña, no todos queremos dinero, yo lo que te hice fue un favor.- suelto con molestia, tomando mi bolso con mis útiles.

- Lo... lo sient..- intenta disculparse, sus mejillas se tiñe de un leve color carmesí, la vergüenza apoderándose de la muchacha.

- Mira no te preocupes, quizás un día de éstos nos volvemos a ver y me devuelves el favor.- soluciono, antes de salir de allí dejándola sola y confundida.




∆𝐜𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞𝐧∆






∆𝐜𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞𝐧∆

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Eʟ Cʟᴜʙ ᴅᴇ Dᴇᴛᴇɴᴄɪᴏ́ɴ (Eᴅɪᴛᴀɴᴅᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora