[𝓙𝓪𝓬𝓮.]
- Todo comenzó cuando tenía entre nueve y diez años de edad, era pequeño...
" Recuerdo que vivía en una hermosa casa, era pequeña, pero me encantaba, era suficiente para nosotros; recuerdo mi habitación, tenía diversas cantidades de juguetes, libros, fotografías colgadas en las paredes, pero solo una de esas fotos era la única que me facinaba, era la más hermosa, en ella se encontraban una joven de largos y sedosos cabellos rubios, su piel morena, un par de cautivantes ojos océanicos, sin duda era una joven bastante hermosa, su sonrisa era la que más llamaba la atención, su resplandeciente sonrisa, ella, esa hermosa muchacha era mi hermana, me encantaba pasar tiempo con ella, su voz era dulce y melodiosa, recuerdo como ella me cuidaba cuando mi padre se iba al trabajo, ella me contaba cuentos, siempre me defendía cuando mis padres, nunca permitió que pusieran un dedo enzima de mi, ella sin duda alguna era mi jodida heroína.
En la escuela era amado por las niñas y odiado por los niños, siempre me pegaban, a pesar que yo nunca hacia nada, nunca me defendí, dejaba que me pegaran, mi hermana hablaba con las maestras pero eso no cambiaba nada. Al llegar a casa mi padre me retaba, mientras tanto nunca pude ver a mi madre, pero sabía que estaba en casa, escuchaba su voz, pero no podía verla, mi padre decía que estaba enferma y que no podía correr el riesgo que uno de nosotros se contagiara.
Luego de unos meses algo cambio, papá se emborrachaba todas las noches y siempre buscaba la forma de molerme a golpes, pero como era costumbre mi hermana no le permitía que se me acercase. Un día, cuando volví a casa del colegio, ellos ya no estaban, ni mi madre, ni mi padre, ni mi hermana, ni mi padre, en su lugar encontré una nota pegada en la puerta de la nevera, la misma estaba escrita por mi padre, la cual decía con suma claridad que se habían marchado, que me culpaban a mi por la enfermedad de mi madre, que era una desgracia, que era sumamente inservible, que tanto mi madre y mi hermana sentían un fuerte odio hacia mí persona al igual que él, que nunca nadie me iba a querer, que fui un error que nunca debí haber nacido, que se habían ido lejos y que no les buscará, que yo ya no pertenecía a la familia, que nunca lo hice.
Luego de eso lloré, lloré por días y noches enteras, no paraba de llorar, sentía que nunca iba a volver a verlos, que ya nunca nadie más querría tenerme cerca, que ya nadie iba a quererme. Entonces una noche, una de las vecinas entró en la casa, me encontró tirado en el suelo de la sala, detrás del sillón, estaba sucio y temblaba mucho, tenía hambre, hacia aproximadamente una semana o quizás más que no ingería alimentos, esa noche la mujer se encargó de trasladarme a un hospital donde me trataron para luego ser trasladarme a un orfanato una vez que me había recuperado lo suficiente.
No me llevaba bien con ninguno de los niños del orfanato, los primeros días de los más grandes me golpeaban, pero a los trece años aproximadamente empecé a adquirir fuerza y masa muscular, por lo tanto comence a defenderme, me convertí en uno de esos muchacho que tanto odiaba. A los quince años algo cambio, una niña de llamativa cabellera rojiza y hermosos ojos entro en aquel espantoso lugar, en su mirada se podía percibir un aura oscura que gritaba peligro, todo de ella demostraba un odio interno bien guardado, desde ese día esa niña me traía loco, quería tenerle cerca, quería saber todo de ella, un día una de las niñas del orfanato me contó que a ella la habían traído de la calle, y diversas cosas más.
Entonces me animé, esa misma noche salí de mi cuarto y fui a buscarle, la encontré en el patio del lugar, tome valor y hablé con ella, me costó que confiara en mi, pero lo hizo, me contó todo de ella, sin ningún problema, y yo le conté todo sobre mi, esa misma noche, encontré esa pequeña luz que me hacía olvidar la oscuridad en la que estaba envuelto, esa noche encontré un ángel entre todos mis demonios, desde entonces estuvimos juntos, uno al lado del otro, yo me encargaba de defenderle, y ella me defendía a mí, incluso cuando nos separarnos al encontrarnos familias para cada uno de nosotros, seguimos en contacto, nunca me dejó solo, ella me lo prometio en mi cumpleaños, prometió que nunca me dejaría sólo, pasará lo que pasará nunca se alejaría de mi, que siempre me estaría apoyando.
A los dieciocho años ella me ayudó con el tema de las drogas, y estuvo durante dos meses en el hospital a mi lado cuando tuve un accidente, nunca se movió de mi lado, aunque estaba en coma podía escuchar su voz, escuchaba su llanto y entre lágrimas me pedía que no la dejará, que no me atreviera a dejarle sola, porque nunca me lo perdonaría, por eso gracias a ella, gracias a sus insistentes cuidados estoy donde estoy, ella me ayudó a dejar todo mi pasado atrás, me ayudó a levantarme y seguir mi camino, ella logro ser lo que nunca nadie fue para mí, ella logró ser mi única familia...."
Al terminar de hablar mi vista se dirige a mi costado, Karen se encuentra recargada contra mi costado, sus ojos están empapados de lágrimas, Shawn esta en su mundo al igual que Dylan y la morena, los cuales llegaron hace unos minutos con unas bolsas con ropa y comida, ubicados en el par de sillones en frente nuestro.
- Mi tía me tiene encerrada en su casa, me usa para pagar sus deudas...- su voz es tímida y dolida, tomándome por sorpresa, mi vista viaja nuevamente a la pelinegra.
Mi ceño se frunce ante la confesión de la muchacha, observo como se sorbe la nariz, para luego acurrucarse un poco más contra mi costado, buscando en mí un refugio.
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Eʟ Cʟᴜʙ ᴅᴇ Dᴇᴛᴇɴᴄɪᴏ́ɴ (Eᴅɪᴛᴀɴᴅᴏ)
Teen Fiction4 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐨𝐬 4 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐮𝐧𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐬𝐮 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚, 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐮𝐧𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐨, 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐫𝐢́𝐚 𝐬𝐢 𝐥𝐚𝐬 𝐯𝐢𝐝𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐝𝐢𝐯𝐢𝐝𝐮𝐨𝐬 𝐬𝐞 𝐜𝐫𝐮𝐳𝐚𝐧.......... 𝐒𝐞𝐠�...