Eʟ Cʟᴜʙ ᴅᴇ Dᴇᴛᴇɴᴄɪᴏ́ɴ (Eᴅɪᴛᴀɴᴅᴏ)

𝚌𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 24: ¿𝙼𝚊𝚖𝚊́?

Reformatorio Militar Segunda parte de Club de Detención en mi perfil.

- ¡Jace! Por el amor de Dios fíjate por donde vas, casi matamos a una señora en moto- la voz de Brock es puro reproche hacia un Jace divertido y burlón, quién hace caso omiso a las palabras de la pelirroja.

- Ustedes fueron los que me dijeron que fuera rápido.- se defiende al tiempo que pisa con más ímpetu el acelerador, provocando que por inercia nuestros cuerpos se apeguen más a los asientos.

- Pero queremos llegar vivos al destino Jace.- habla la morena, quién se aferra con fuerza al brazo de Nash.

- O llegamos vivos o llegamos rápido yo no puedo con todo.- Jace habla, la diversión tiñendo su tono de voz.

- ¡Jace!- Brock no tarda en retarle.

- ¡Era broma!- logra decir entre risas el susodicho.

Con cada calle que avanzamos los latidos de mi corazón se incrementan, el sudor haciéndose presente en mis manos, los nervios me consumen, mientras un comprensivo Shawn intenta de todas las formas posibles distraerme con preguntas triviales, pero es imposible prestarle atención, cuando imágenes de mi infancia surcan mi mente logrando torturarme con el paso de los segundos, incrementado de manera tortuosa mis temores.

- Dylan, ¿Como se escribe cuando quiero decir que no hay comida? y tengo hambre.- Nash habla por lo alto logrando captar mi atención.

- Nash sé que esa fue una indirecta hacia mi persona por haber dicho que no paráramos para comprar comida en la gasolinera.- habla Miley dirigiéndole una mirada mordaz al ojos claros.

- Se escribe con "H" al principio, hay del verbo haber.- las palabras salen monótonas de mi boca, mientras mi vista se pierde en la vista que se abre paso tras la ventanilla del coche.

- Ya dejen de decir estupideces.- Habla Shawn.- oh jodida mierda.- chilla en cuanto Miley rebota en sus piernas ante la frenada repentina por parte del rubio.- ya llegamos.- esas últimas palabras logran provocar que un nudo se instale en la boca de mi estómago, en cuanto el castaño fija su vista en el local que se deja ver en frente de nosotros.

El auto detiene su andar frente a una gran cafetería con fachada ostentosa y rústica, el olor a café recién echo nos recibe al descender del vehículo, puedo sentir como mis piernas comienzan a perder estabilidad, es entonces que la pelirroja al percatarse de mi estado gelatinoso y nervioso, no tarda en posicionarse a mi lado y entrelazar nuestros brazos, los chicos se ubican a nuestro costado; no puedo evitar sonreír al verlos aquí en este lugar, en este momento dándome apoyo, alentándome, a pesar de todo lo que vivimos, pasamos y vamos a pasar están aquí, firmes a mi lado, ellos son mi única y verdadera familia.

Con pasos lentos y dubitativos nos aproximamos al local, donde una vez dentro de la cafetería los chicos se ubican en los asientos del medio del salón, Brock jala de mi en dirección a la barra, una vez allí me pide que trate de identificar a mi madre, lo cual es difícil, solo tengo una vaga imagen de cómo era, tornando la tarea de reconocerle un poco más complicada. Mi vista recorre cada lugar ocupado por diferentes comensales, la mayoría son personas de edad avanzada, un poco cansado de registrar a cada individuo, me giro hacia Brock y es entonces cuando le veo entrar por la puerta del local, su cabello castaño lleno de hondas, su piel un poco bronceada, sus ojos café recorren con ímpetu el lugar, hasta que caen sobre mí, incluso a esta distancia puedo lograr ver un brillo que surca sus ojos, no tarda en disminuir la distancia con cada paso que da en nuestra dirección, hasta posicionarse frente a mi, sus brazos se levantan en busca de un abrazo, mis músculos se tensan ante la acción y en un acto reflejo me aparto logrando poner distancia entre los dos. Algo en su mirada cambia, puedo ver el dolor provocado por mi reacción pero no puedo evitarlo, todavía hay rencor, odio y enojo en mi sistema, no puede pretender que le reciba con los brazos abiertos luego de todo lo que he pasado.