Instagram {Marco Asensio} Parte 2.

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11csantos

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11csantos Llegaste mucho antes de lo planeado, pero aquí estás mi niña, luchando por tu vida. Eres la más valiente y apenas tienes horas de vida. Te amo mi Abigail.

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Aleañor ¿Cómo que nació? Aún faltaba un mes.

Laverosantos Eres nuestra guerrera Abby, todos te llenaremos de amor.

Vickyrincon8 Todos estamos contigo mi niña, te amamos.

Nachofdez90 Eres una luchadora, te aferras a la vida como nadie.

Naairyferfer Vamos con toda Abby, tu mami y todos te necesitamos.

Caroasensio11 No puedo creer que esto haya pasado, pero con fe saldrán de esto.

Sarabale Todo saldrá bien mi niña, tu tía te ama.

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Finalmente la venezolana despertó volviendo a sentir un fuerte dolor en el vientre, estaba tan asustada, no quería perder a su hija, su pequeña Abigail. Y si, ese fue el nombre que eligió, el cual pensó por muchos meses con ayuda del venezolano y padre de la pequeña.

—Que bueno que despertó señora Bale —un doctor se acercó a ella—. Debemos realizarle una cesárea urgente porque sino su hija puede morir, incluso usted.

Fernández al escuchar eso rompió en llanto, no quería pasar por una pérdida tan angustiante como la de un hijo, prefería morir ella.

—Haga lo que sea doctor, pero salve a mi hija —suplicó con los ojos llorosos.

El doctor le dio la orden a sus enfermeras y se llevaron a la castaña a la sala donde realizarían la intervención quirúrgica.

Mientras tanto en la sala de espera, Gareth estaba tan estresado y a la vez preocupado por la situación en la que se encontraba. Minutos después aparecieron el hermano mayor de la venezolana junto a Christian y sus amigas.

—¿Qué le pasó a mi hermana? —el español preguntó angustiado.

—Mi hija aún no debía nacer, se supone que debes cuidarlas —Christian protestó con enojo.

—Fue mi culpa, discutimos muy fuerte y luego empezó a sangrar —respondió.

El venezolano lo tomó del cuello ejerciendo presión en él, lleno de ira empezó a insultar al novio de la castaña, sabía que si hubiese estado con ella jamás estaría en riesgo.

—ERES UN MALDITO IMBÉCIL BALE —el venezolano estaba lleno de rabia.

El galés no se dejó y empujó al delantero del alavés para luego clavarle un puñetazo en el rostro.

—¿QUÉ HABLAS TÚ? SI BIEN QUE TE ACOSTASTE CON MI MUJER SABIENDO QUE ESTABA CONMIGO —se defendió.

A este punto las personas tenían su mirada puesta en la escena de aquellos hombres.

—¡BASTA! Mi mejor amiga está dentro de una sala sin saber que pasará con ella y mi sobrina, lo menos que deben hacer es ponerse a pelear por estupideces —la hermana de Santos se metió para evitar algo mayor.

—Verónica tiene razón, mi hermana luchando por su vida y la de su hija, y ustedes aquí peleándose —Nacho observó con desagrado a los jugadores.

Ambos futbolistas entraron en razón, la prioridad era el bienestar de Rubimar y su hija.

—Solo te advierto Gareth, les pasa algo a cualquiera de ellas y acabo contigo, te lo juro —Santos advirtió al galés antes de irse con su hermana.

—Familiares de la señora Bale —el doctor que atendía a la venezolana apareció.

—Somos nosotros —respondió el español.

—Debo ser franco con ustedes, la situación es muy delicada... Rubimar presenta un desprendimiento prematuro de placenta, al parecer nunca supo que tenia signos de placenta previa y ligado a situaciones que elevaron su presión arterial termino por desprenderse causando una hemorragia vaginal. Si no intervenimos urgentemente la bebé quedará sin oxigeno, pudiendo morir e incluso la madre.

Esas palabras derrumbaron a Santos, no quería perder a la mujer que ama y mucho menos a su hija, el fruto del amor que le tiene a la castaña.

—Haga lo que sea necesario, pero salve la vida de ambas, por favor —suplicó el futbolista suramericano.

El doctor se retiró y la espera continuaba, casi tres horas más tarde el mismo doctor apareció haciendo que todos se levantaran de sus asientos.

—¿Cómo salió todo doctor? —preguntó Verónica ligeramente angustiada.

—Mejor de lo esperado, realizamos una cesárea y aunque se presentaron complicaciones ambas están bien, lo único es la pequeña que al nacer prematura tiene problemas respiratorios pero se espera que evolucione satisfactoriamente.

—¿Cree que pueda verlas? —preguntó el venezolano.

—Claro, venga conmigo.

Santos siguió al doctor bajo la mirada llena de rabia del galés, porque aunque le haya dicho muchas cosas a su novia, se arrepiente de todo.

—Hola Rubi... —susurró cerca de ella.

—Christian mi hija, ¿dónde está? —preguntó un tanto alterada.

—Calma, nuestra niña estará unos días en la incubadora por su problema respiratorio, pero todo salió bien.

—Fue mi culpa, yo le conté a Gareth lo que sucedió entre nosotros y me altere demasiado.

La de ojos cafés empezó a llorar culpándose de lo sucedido.

—No llores cariño, nuestra hija estará bien.

—No sé como agradecerte que siempre estas conmigo, en los momentos difíciles estás ahí apoyándome —la castaña sonrió agradecida.

—No te preocupes, te amo y te cuidaré el resto de mi vida.

Christian se fue acercando a ella lentamente hasta unir sus labios en un dulce beso, jugando con sus lenguas de manera lenta y suave.

—Christian, me haces todo tan difícil... Debo hablar con Bale, por favor.

El venezolano entendió y fue en busca del galés no sin antes robarle un beso.

—Gareth... —susurró al verlo entrar.

—Perdoname Ru, dije cosas horribles de las cuales me arrepiento totalmente —se acercó a ella con lágrimas en los ojos.

—Ya pasó, estoy bien y mi hija igual —sonrió dulcemente.

—Pero debo decirte que necesito un tiempo, te amo con locura y lo sabes pero lo que pasó con Christian no puedo dejarlo pasar así que lo mejor es que nos separemos por un tiempo.

—Esta bien, si es lo que quieres así será. Mi casa siempre estará abierta para que veas a tu hijo, no pienso alejarte de él.

—Gracias Ru.

El galés besó a la venezolana, un beso con sabor a despedida aunque ambos juraron para sí mismo que no sería para siempre.