Don't believe in your heart#Wattys2017 (PAUSADA TEMPORALMENTE)

Capitulo 24: "Accidente"

           

Evan P.O.V

Luego de agarrarme a golpes con el idiota de Alec, Renata y yo nos fuimos a la casa.

Aparco el coche y ayudo a Renata a bajarse.

Estoy que echo humo. No me puedo creer que Emily este con ese idiota, que me dejara por él.

-¡Oye! ¿Por qué te enojas conmigo, que te hice? –oigo como me reclama Renata detrás.

Me giro hacia ella.

-No me hiciste nada, no estoy enojado contigo, solamente no quiero hablar –le aclaro y me voy dentro de la casa.

Al entrar me encuentro con mi hermano Marcelo, esta cenando solo, algo raro en esta casa.

-¿Qué te pasa hermano? –me pregunta Marcelo cuando me ve entrar.

Me siento en una silla a su lado, y le digo a una de las cocineras que me sirva un whisky con hielo.

-Me encontré con Emily en el restaurante –le digo respirando profundo, siento que en cualquier momento el vaso que tengo en mis manos se va a romper de lo fuerte que lo estoy apretando.

Necesito calmarme.

-¿Y eso es malo? –me pregunta Marcelo.

-Estaba con Alec –le digo dándole una mirada.

-Ahora entiendo todo –me dice el muy listillo

-Sí, y me agarre a golpes con él en mitad del restaurante –le digo

-¿Le diste fuerte? –me pregunta con una sonrisa

Lo miro y me rio.

-¡Claro que si hermano! –le contesto

-Muy bien, estas hecho todo un Castillo –me dice muerto de la risa también.

La charla con mi hermano, ha hecho que este más tranquilo.

Le dejo terminar de cenar, y subo a mi cuarto a descansar. Hoy ha sido un día muy largo.

Emily P.O.V

-¿Qué? –me dice Ale con un brillo en los ojos.

-Alec, por favor perdóname, pero le dije que estaba enamorada de ti, y eso es mentira –le digo en un susurro sin mirarlo a la cara, bastante estoy haciendo con romper su corazón.

Siento como el ambiente cambia dentro del coche, le he hecho daño.

-¿Sino estas enamorada de mí, porque le dijiste eso? –me dice Alec con la voz llena de tristeza.

-Bueno, porque Evan siempre ha tenido un poco de celos por ti, y la única manera de que me dejara en paz era esa –le digo, levanto la cabeza y me atrevo a mirarlo a los ojos.

El brillo que había hace unos instantes ha desaparecido.

Oigo como Alec toma aire antes de hablar.

-¿Por qué no te casaste con Evan? –me pregunta.

No creo que sea buena idea decirle a Alec la verdad. No dejaría las cosas tranquilas, lo conozco y sé que lo primero que haría sería contarle todo a Victor y luego a Evan, es por eso que decido mentirle.

-Por qué no es de tu interés Alec, es algo que solo nos afecta a Evan y a mí, y siento mucho haberte metido en todo esto –le digo intentando sonar sincera.

-¡Por amor de Dios, Emily! Es de mi interés desde el mismo instante en que le dijiste a Evan que estabas enamorada de mí, pero respeto tu decisión y por ello no me voy a meter –me dice

Alec arranca de nuevo el coche y nos lleva a casa, pero sé que no va a dejar las cosas quietas, encontrara la manera de descubrir la verdad.

-¡Es que no es posible que se comporten como animales! –le digo a Carmen.

Hace un rato llegamos a la casa, y Carmen al ver golpeado a Alec exigió saber que había pasado, es por eso que ahora estamos en mi habitación hablando del tema.

-¡Esto se nos está saliendo de las manos, hija! Yo voy a hablar muy seriamente con Alec –me dice Carmen levantándose de golpe de la cama.

-Y alguien debería de hablar muy seriamente con Evan –le digo

-Bueno, ahí sí que no nos podemos meter, chiquilla –me dice Carmen -¿Qué te pasa? –me pregunta.

Ha visto el suspiro que acabo de soltar.

-Estoy preocupada por Evan, nos salimos del restaurante y no llegue a ver si estaba bien, Alec le pego muy fuerte –le digo con preocupación.

Carmen me mira con tristeza y compasión.

-No debería preocuparte, recuerda que lo dejaste –me dice antes de irse.

Alicia P.O.V

Estoy esperando a que lleguen Marcelo y Emily. Estoy sentada en una pequeña terraza.

Hemos quedado para desayunar, en principio solo íbamos a ser Emily y yo pero Marcelo me envió un mensaje y me pregunto si podíamos vernos, y no me quedo de otra que decirle que sí.

-Hola linda –me dice Emily dándome un beso en la mejilla

-Hola preciosa –le contesto.

Me fijo bien en la cara de Emily, puedo notar que no ha dormido casi nada, la delatan las ojeras que ha intentado taparse con el maquillaje.

-¿Qué te pasa? –le pregunto directa.

Emily se hace como la que no ha pasado nada.

-Estoy bien Ali –me dice en un intento de sonrisa pero ambas sabemos que a mí no me puede engañar.

-No me mientas, ¿Qué fue lo que paso? –vuelvo a insistir.

Emily me mira, y sabe que no voy a dejar el tema hasta que no me lo cuente.

-Está bien, prepárate porque es largo –me dice

El camarero llega con dos cafés con leche, los pone en la mesa y Emily le da las gracias.

-¿Qué paso, que? –es lo que único que consigo decir.

Demasiada información para ser solo las ocho de la mañana.

-Lo que oyes y no sé qué hacer –me dice

-No me puedo creer que se liaran a golpes –le digo aun en shock

-Dímelo a mí, que lo viví –me dice

-Tienes que hablar con Alec, eso no se puede volver a repetir –le digo

-Ya lo hice, no creo que pase nada parecido otra vez –me dice -¿Y Marcelo, no debería haber llegado? –me dice Emily cambiando el tema.

-Tienes razón, debería haber llegado hace como veinte minutos –le digo extrañada.

En ese momento mi teléfono suena interrumpiendo nuestra conversación.

-Dígame –respondo a la llamada, es un número que no conozco.

-¿Es usted familiar de Marcelo Castillo? –me dicen

-Sí, soy su novia –le digo a la persona con la que estoy hablando.

-Lamento comunicarle que su novio ha sufrido un accidente y está en urgencias del hospital, lo lamento –me dice

-Enseguida voy para allá –le digo y cuelgo la llamada.

Dos lágrimas salen de mis ojos.

-¿Qué pasa Alicia? –oigo como me pregunta Emily

-E-es M-marcelo–intentó decirle entre hipidos, ahora mismo me voy a poner a llorar como una magdalena, intento tranquilizarme para seguir hablando –E-está en urgencias, ha sufrido un accidente –le digo como puedo a Emily.

-Vamos Alicia, tenemos que ir a verlo –Emily, que está más activa que yo en este momento, me levanta de la silla, paga la cuenta, y nos subimos en su coche.

Dios mío, que no sea nada grave.