¡Hola!
Sé que se supone que actualice los domingos pero soy ansiosa y estoy aburrida, sus comentarios me dan vida -jelpmi- :v
Muchos han dejado de leer, no sé si porque no gustó la trama o no les gustan las parejas, no lo sé pero lo respeto. Yo también soy lectora y las entiendo :) Pero también entiendan que antes de comenzar a leer algo deben ver el perfil del escritor.
Si miran mis otros Fic en todos los VKooks hay parejas secundarias y son las mismas: YoonMin, y NamJin.
No lo controlo, lo siento (?)
Yo no elijo las ships, las ships me eligen; ahre.
Bueno ya, disfruten el cap, los amo♥
POV HOSEOK
— ¿No piensas comer entonces? — me burle paseando delante de sus ojos una varilla con comida caliente.
Sabía que estaba pasando hambre, y en parte eso me beneficiaba: lo hacia débil y no podría escapar.
— Te necesito vivo. —le repetí.
Si el infeliz moría no obtendría nada de todo lo que quería.
— Mátame. —pidió.
Como odiaba a la gente de su clase.
Orgullosos. Capaces de morir por sus justas causas, aparentando ser inquebrantables con auras de todo poderosos por ser de linaje.
¿Quien se creía que era?
Ellos ni siquiera veían eso en sí mismos. Sólo cumplían a sus honores y eso les bastaba para vivir felices.
Honor, deber... linaje. Un beta no conoce nada de eso.
Yo, un beta, que vine al mundo con los dotes más escasos no me conformo con poco. Y no me detendré hasta tenerlo todo.
No me importa a cuantos como tú llenos de honor y grandeza deba pisar primero.
Me paré frente a él, mostrando mi capa y armaduras doradas.
— El amo te necesita vivo. —sino ya te hubiese matado.
Tome con fuerza su cuello y lo apreté contra la corteza del árbol en el que yacía atado.
Las cadenas en sus manos y pies le impedían moverse con libertad, sus manos sujetaron mi mano rodeando con sus dedos mi muñeca que le asfixiaba pero nada podía hacer, sonaban chocando los eslabones ante el dolor que yo le generaba.
Se retorció bajo mi poder.
¡Oh poder!
Mire sus facciones, sus ojos grandes y oscuros miraron los míos por un instante y juraría que aquel chico me condenaba a muerte con solo la mirada llena de odio y de venganza.
Su cabello negro como la noche y su piel blanca como la nieve misma. Era como se les describía, los sureños, dueños del invierno y de la noche.
Había sangre en sus manos y pies que contrastaba en tono con su nívea piel.
Me generaba placer verle sangrar.