¡Hola!
Aquí el capítulo más deseado y pedido en los siglos de los siglos de wattp—ahrre no es para tanto.
Espero les guste. Estoy muy ocupada con la universidad, este mes seguramente las actualizaciones serán más lentas :( Lo siento.
Los amo y gracias por leer❤
POV JUNGKOOK
—Estas en celo —balbuceo.
Sus labios y los míos se habían rozado en lo que creí un beso tierno, suave y caliente.
Mi piel ardía, todo mi ser y mi naturaleza ardían. Me estaba quemando dentro de mí mismo por aguantar todas estas emociones que él provocaba.
¿Él me provocaba? ¿Era su culpa? ¿O yo era el culpable?
Estaba enterrando la punta afilada del cuchillo en su cuerpo, mínimas gotas de sangre resbalaron entre mis dedos. En sólo un instante pude sentir el olor metalizado y su fragancia mentolada mezclarse en mis sentidos.
Quite con horror el cuchillo dándome cuenta de lo que hacía.
No quería herirle. O sí, no lo sé.
Mi animal interno me pedía sumisión, me pedía entregarme al alfa que tenía frente a mis ojos. El alfa que me observaba de manera felina y se arrastraba hasta mí, estaba sobre mi cuerpo, su espalda encorvada para llegar a mis labios.
Él por entero era una imagen seductora y dominante.
El cuchillo cayó al suelo haciendo eco, y me anime a quitar mi vista de sus ojos sólo para mirar mis manos manchadas con su sangre.
Las cadenas se extendían entre mis muñecas, de una a la otra, su peso se había vuelto natural e irrelevante. La larga tira de eslabones hacía un sonido metálico cada vez que yo o él nos movíamos.
No importaba, ya ni siquiera importaba si estábamos de manos atadas.
— N-no te duele... —susurre.
El negó lentamente sin quitarme los ojos de encima.
Me arrastre un poco hacia atrás. Lo tenía cerca muy cerca. Era intimidante, deseaba olfatear de cerca su cuerpo y que sus manos me acariciaran para calmar el dolor dentro de mí.
Mi celo.
¿Esto era lo que me hacía sentir tan deseado por sus ojos? ¿Era lo que lo hacía tan deseable a él ahora?
No me importaba nada sólo quería que él me hiciera suyo en ese instante. Me estaba perdiendo en él, en sus ojos. Estaba cediendo bajo un poder que no podía controlar.
Más me resistía más dolor me causaba.
Él me estaba quitando toda la cordura, mi aliento y mi respirar, me sentía agitado y excitado sólo por el simple hecho de que me mirase.
