Capítulo Veinticuatro

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¡Hola!

Otra eternidad sin actualizar, tengo exámenes finales lo siento. Igual no pude resistirme y actualizar, tenía que sacarlo :v

Nos vemos en diciembre cuando termine mi calvario. Deséenme suerte, necesito aprobar :'(

Los amo mucho, gracias por leer.

Próximo cap > Epilogo ❤








POV TAEHYUNG

— Es tuyo, amor. —Miré en sus ojos y estos brillaron— Siempre lo ha sido.

Siempre había sido dueño de estas tierras, desde un comienzo aunque la historia hubiese sido diferente todo el lugar estaba marcado con su nombre. Él tarde o temprano sería el Señor del Sur, el legítimo, blanco como la misma nieve con ojos tan oscuros como las noches de invierno. Noches mucho más largas y frías que en cualquier otro lugar.

Él, al igual que el clima de dónde pertenecía, era frío. Generaba distancias que parecían eternas con sus silencios, y podía matarte con sus miradas, congelarte. Era aniquilador, pero en mi caso él me quemaba.

Quemaba como el hielo mismo lo hacía.

Éramos hielo y fuego, yo ardía en él, por él y con él.

Antes de continuar nuestro camino hacia el Oeste lo miré transformarse en lobo y correr por sus tierras, fueron horas y horas donde estuvo lejos de mí y aunque sabía que rondaba la zona parecía que me faltara algo indispensable.

Escuchaba sus registros, anunciando con aullidos a su tierra que él estaba de vuelta, que poseía el lugar y que jamás se iría. A su gente, la que quedaba, avisaba su soberanía y prometía la venganza que llevaba inyectada en sangre.

El olor de la sangre, era algo que se mezclaba con su dulce aroma. No me gustaba matar, pero no era opcional. Y debo admitir que una vez que comienzas, luego del primer corte, esa primera vez viendo que la sangre corre gracias a ti y que la vida se escapa de tu victima con suspiros. No lo sé, después de la primera vez se vuelve tolerable, incluso delicioso.

Delicioso porque sabes quién muere y porqué. No es gente inocente, sabemos a quienes matamos. Buscamos las cabezas más grandes, las que están detrás de todo esto.

Y el Oeste estaba muy cerca. Mi casa, mi propio hogar profanado por esas alfas que habían asesinado a mi padre y al padre de Jimin, a su propio padre. No estaba seguro de la existencia de demonios, pero si los había en el plano terrenal ellas eran lo más parecido.

Y Jungkook era un ángel. Un ángel bañado en sangre ajena, profanado, un caído.

Y yo vengaría que sus manos hayan tenido que mancharse.

Casi al caer la noche el volvió.

— Tardaste —escupió YoonGi.

Molesto y de mal humor. Esperar no era una cualidad de este alfa.

Jungkook no respondió, lo observó con el pecho inflado, subiendo y bajando. Cansado, excitado por la adrenalina.

Me acerqué a él con lentitud y tome sus hombros, sus ojos estaban perdidos y desorbitados. Él parecía ido.

Brave Wolf | VKook OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora