¡Hola!
¡Tengo mucho que contarles! Me he desvelado escribiendo los capítulos próximos, no dormí anoche, en el día he descansado sólo cuatro horas D:
Es una larga historia, sí quieren saber más o quieren conocer cosas sobre mí he publicado un "Mis confesiones". Espero ahí podamos hablar de cosas más personales, les trataré de contar mi día y a día y esas cosas, también noticias sobre Fics y pendejadas mías :v
En fin, hoy toca capítulo por que les amo❤
POV JIN
— ¿Debo hacerlo?
— Sí, hijo.
¿Por qué? ¿Por qué yo?
¿Por qué me enamore de la persona equivocada?
— Debes darle un hijo y consumar la unión una vez concebido el matrimonio. —cada palabra me causaba un escalofrío asqueroso.
No quería imaginar que alguien más tocase mi piel.
Deje que una última lágrima resbalará por mi mejilla y la limpie de prisa, sin que mi padre lo viese. A él no le gustaban las debilidades, pero sé que el tenía muchas.
Observe por última vez desde el ventanal de mi habitación, podía ver la inmensidad de nuestras tierras bajo los últimos rayos del sol.
Ahora vería la luz de otro modo, en vez de atardeceres y noches más largas, vería los primeros rayos del sol y los días serían más eternos.
Todo más infinito lejos de ti.
— Está bien. —gire a mirar a mi padre. — Vamos.
El me indico el camino hacia la puerta dejándome pasar primero.
Al bajar las escaleras él estaba ahí, junto a un carruaje, con su típico traje de pelea.
Era un soldado, había nacido para pelear más que para amar.
Y aun así yo lo amé.
Mantuvimos la mirada fija el uno en el otro, me pare frente a él con la mirada sería e indescifrable. No quería que viese cuanto me dolía dejarlo, no quería que su última imagen de mi fuese una triste.
Le mostré la sonrisa más sincera y hermosa que jamás pude antes hacerle.
No podía mentir ni fingir el hecho de que había sido la persona más feliz del mundo bajo sus brazos. Y por eso sonreí.
— Adiós, hermano. — susurre.
— Adiós Jin, espero seas feliz. —dijo.
Mi sonrisa se borró un poco.
— Espero que tú también.
El hizo una reverencia y yo subí al carruaje.
— Encuentra a Taehyung, Nam, encuéntralo y tráelo a casa. —pedí.
— No me olvides— pidió él.
— Nunca.
Sólo nosotros escuchamos aquello último. Quiero pensar que es una promesa, algo sólo nuestro.