Capítulo 24

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En la famosa bolsa que escogí se encontraba un traje de baño y unas pesas de 25 libras que irían atadas a mis tobillos con el objetivo de hacerme más fuerte.
Ya en el agua vi a Selena con más atención, las runas nórdicas que tenía parecían resplandecer en el agua, sus ojos eran carmesí y sus colmillos un poco más largos, su cabello se esparcía por el agua y me permitía ver unos destellos azulados. Era la mujer más hermosa que había visto jamás y la más ruda claro está.

El agua estaba helada por no decir que era hielo puro, y me dolía todo el cuerpo debido al entrenamiento del día anterior y al frío que nos hacía compañía.
Y entonces comenzó el entrenamiento más difícil que he tenido que practicar desde que tengo memoria, primero me obligó a correr y dar saltos con las pesas atadas a mis tobillos, luego Selena me tiraba flechas y puñales desde la superficie, algunos me rasguñaron pero no pasó a mayores.

Después de terminar los ejercicios bajo el agua Connor llegó seguido de Liz a observar el entrenamiento, ya cuando el día estaba más cálido corrimos alrededor de la manada por dos horas, fue agotador pero el bosque que rodeaba la manada era precioso, sentí algo de nostalgia debido a que el bosque se relacionaba con algunos de mis sueños, Connor estaba sentado en una roca alta y Liz en la rama de un árbol hablando, y me pareció que estaban apostando por quién ganaría la carrera entre Selena y yo.

Gané yo.

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Y así fueron pasando los días, se venían eventos muy importantes, el eclipse lunar (en el que debo ser entregada como sacrificio) y la firma de la tregua entre especies.

Esta noche sería el evento que al parecer cambiará mi vida, hoy me convertire en alfa, en un par de horas seré la líder toda una manada. Un vestido “sorpresa” que Kris había escogido me esperaba en mi habitación mientras que Selena estaba maquillándome y Liz peinandome, yo era como su muñequita, les encantaba experimentar nuevos estilos conmigo.

—…lista— escuché decir a Selena.

—¿Hmm?— respondí saliendo de mi ensoñación.

—Que ya estás lista.— dijo esta vez Liz.

Levanté mi rostro, y ví a una Kalesie que no conocía, el gris de mis ojos resaltaban, tenía los labios de un rojo muy vivo y mi cabello, madre mía, mi cabello lacio había sido reemplazado por rulos que llegaban a mi garganta.

—Debes ir a vestirte, se hace tarde, debes estar lista a tiempo—dijo Selena sacándome de mi pequeña ensoñación.

—Si, sí, ya voy.

Me dirigí a mi habitación, allí se encontraba Kris dándome la espalda buscando los zapatos que usaría, con mucha prisa me dirigí al baño y me vestí, luego salí y me puse los zapatos y el medallón de la manada. Finalmente me ví al espejo, y ahí estaba yo, alguien completamente diferente a la Kalesie que vino de “vacaciones” a Oklahoma, la que iba a dirigir una editorial, pero yo ya no era esa Kalesie, era una diferente, más fuerte, más valiente. Mi cabello se veía perfecto, el maquillaje ideal y el vestido, el vestido era uno negro con escote en v y la espalda descubierta, me hacía ver bien, me gustaba lo que veía.

Cuando finalmente salí de mi ensoñación, bajé las escaleras y ahí estaba él, cabello por los hombros (había crecido en estos meses y no se había molestado en cortarlo, quería un nuevo estilo y le quedaba espectacular), piercing en la ceja y un traje a la medida, por un momento mis piernas flaquearon al verlo ahí, con la mirada en otro lugar, distraído y ajeno a todo lo que tienen estaba sintiendo en este momento, de pronto como si me hubiera leído la mente (que estoy segura que eso hiciera) se dió vuelta y me miró, una brillante sonrisa se extendió por todo su rostro, sus preciosos ojos escarlata me miraban con adoración, por un momento lo ví poner una sonrisa lobuna y traviesa pero tan rápido como me deleité al verla, despareció.

—Perfecta.— dijo en cuanto me vio, con una sonrisa curvada.

—Tu no estás nada mal— respondí cuando finalmente bajé las escaleras.

Me dió la mano y me besó la mano, en la entrada se encontraban Selena con un vestido en forma de corazón de color negro, Liz a su lado tenía un vestido púrpura dividido en dos piezas y Kris tenía uno gris con el lado izquierdo abierto.

Nadie dijo una sola palabra a parte de eso, le sonreí a Connor mientras caminaba a su lado tomando su mano, me besó en la mejilla y avanzamos al centro de la manada, donde una tarima y toda la manada se encontraba en las mesas alrededor, todos hablaban entre ellos y nadie se percató de nuestra llegada. Casius se encontraba al lado de la tarima, al vernos se acercó.

—Has llegado a tiempo—dijo sonriendo—. Luces igual que tú madre.

Mis ojos se aguaron pero no me permití llorar, subí a la tarima y el silencio se hizo, todos dejaron lo que estaban haciendo y se ve tiraron en nosotros. Kris, Selena y Liz se sentaron en una mesa seguida de la tarima, mientras que Connor se situó a mi lado y tomó mi mano, me acercó suavemente a él y me besó en la mejilla.

—¿Estás lista?— susurró en mi oído.

El Destino De Kalesie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora