Capitulo 36

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Después de que Lisa se fue y los guardias se volvieron locos, Ian llegó a mi celda preguntando si sabía de ella, como es lógico le respondí que no, él me golpeó, me apuñaló con plata y madera bendita, debido a la pérdida de sangre y el dolor me desmayé.

Al recuperar la conciencia, escuché algunos gritos y golpes secos, luego escuche un silencio perturbador, minutos después abrieron la celda y por inercia cerré los ojos creyendo que era Ian o su madre para golpearme una vez más, me sorprendí al descubrir que no fueron para golpearme, habían ido para dejar a alguien, me sorprendí mucho más al descubrir quién era.

-¡CONNOR!- grité al verlo tirado en el suelo, sin fuerzas. -¿Qué estás haciendo aquí?- pregunté llorando.

Al ver que no se movía, mi primer impulso fue ir donde él, logré acercarme un poco, no estaba encadenada de brazos pero mis piernas seguían prisioneras. Logré rozar su cabello, él levantó la cabeza bruscamente y me miró con alivio y preocupación a la vez.

-¿Estás bien?- preguntó él tocando mi rostro.

-Si, las cosas han mejorado para mí, ya me acostumbré al dolor cariño- le regale un guiño ignorando el dolor que sentía.

-Pues me alegro por ti, estar aquí te ha sentado bien, estás más guapa.- dijo sonriendo.

El se sentó a mi lado al ver que la posición en la que estaba era algo incómoda para mí, le agradecí con la mirada.

-¿Qué estás haciendo aquí.- pregunté cuando tomé su mano y vi algunos golpes en sus brazos y rostro.

-Vine por ti.

-A juzgar tu aspecto podría decir que has fracasado en tu misión.-dije recostándome en su hombro.

-No realmente, yo solo quería estar contigo, mi misión está completada, por ahora.- me dio un tierno beso en la frente, vi como sus labios se mancharon de color carmesí, el se limpio los labios y me abrazó.

-¿Cómo supiste donde estaba?

-Tu amiguita llegó a la manada y nos lo contó- dijo con molestia.

-Lisa cumplió su promesa- susurré- ¿donde están los demás?

-Vine solo.

-No debiste de hacerlo, debiste esperar.

-No iba a esperar, he estado como loco buscándote por días, si tenía la oportunidad de verte, lo haría sin importar que.

-Deber ser más cuidadoso- le dije besando su mejilla.

-Lo se, pero ¿qué se le puede hacer? así soy genial, así me amas.

-Tonto- dije riéndome, extrañaba estar con el, extrañaba su aroma, sus ojos, sus labios, su todo.

-Pero qué linda escena, esto es digno de un oscar- dijo Ian entrando a la celda, acompañado de la peste de su madre.

-Estaremos bien- me dijo Connor por medio de nuestra conexión al ver que empecé a temblar cuando vi algunos objetos con los que me habían golpeado antes.

-Lo se- respondí.

-Es de mala educación no saludar.- habló Emily.

Entró un guardia e intentó apartar a Connor de mi, el susodicho lo golpeó en la mandíbula, sentí como un hueso crujió, no sabría decidir si fue a Connor o al tipo, luego entraron varios más y lo encadenaron frente a mí, al otro lado de la celda.

Intenté no gritar o llorar cuando comenzaron a golpearlo frente a mi, de verdad que lo intenté, pero me fue imposible, él estaba tragándose el dolor y le sonriéndole a Ian, le sonreía de una manera escalofriante, se me ponían los pelos de punta.

-¿Es lo mejor que tienes pedazo de porquería?- le pregunto Connor escupiéndole sangre en la cara.

-Oh, no, eso no es nada- dijo Ian limpiándose la sangre y dirigiéndose a mí- esto apenas está comenzando ¿no es así Kale?

-No me llames así- dije con ira.

-No estás en posición de pedir algo ¿o si cariñito?- Ian me golpeó las costillas sacándome el aire.

-¡ALÉJATE DE ELLA!- un golpe más llegó, esta vez a mi rostro.

Connor se retorcía en las cadenas de plata, vi como le quemaban las muñecas y tobillos y sin embargo no dejaba de forcejear intentando soltarse, Emily se acercó con el látigo de cristales y me golpeó hasta que se cansó, me desgarró la piel de mis piernas y ahora se aproximaba a Connor con plata y madera bendita, lo comenzaron a golpear y apuñalar, el no gritó, él guardó silencio mientras se tragaba el dolor como todo un campeón.

Nos dejaron en paz cuando se aburrieron de golpearnos, nos desencadenaron al ver que no podríamos movernos mucho, Connor se acercó como pudo y me ayudó a sentarme, me dolía todo, quería irme a casa, tomar un baño caliente y acostarme al lado de Connor a ver series, pero eso no sucedería.

Cuando las heridas de Connor y las mías se estaban curando entraron nuevamente, ahora con un arma de plata y balas benditas, había llegado el momento de morir. Sentí una ligera brisa y un sonido parecido a un arma siendo disparada llegó a los oídos, supe entonces que habían llegado los refuerzos.

Emily le apuntó a Connor a la cabeza, sonriendo con sorna le preguntó- ¿Alguna petición antes de morir querido?

-Ninguna que tú puedas cumplir bruja.- me miró a los ojos y me sonrió de esa manera tan espectacular que me había sonreído tantas veces, aún con el rostro ensangrentado y el cuerpo golpeado se veía tan guapo, se veía como mi Connor, fue entonces que recordé algo que leí en uno de los libros del despacho, un sello que se le había impuesto a Connor para evitar que su lado vampírico salvaje saliera a flote, era eso o morir.

-Ti libero dalla prigione, apro il sigillo che contiene la tua rabbia e il tuo potere.- dije con lágrimas en los ojos.

-No, Kalesie no.- dijo el mirándome suplicante.

Ian me apunto con el arma-Ti libero dalla prigione, apro il sigillo che contiene la tua rabbia e il tuo potere.- dije otra vez- podrás controlarlo esta vez- Ian disparó y todo se volvió negro.

Traducción: te libero de tu prision, abro el sello que contiene tu ira y tu poder.
¿qué creen que pase?
Hasta yo estoy nerviosa :o

El Destino De Kalesie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora