Capitulo 31

23 9 15
                                    

Me encontraba en un bosque, escuchaba cantar a los pájaros y correr a los lobos, la brisa era suave y el ambiente agradable, sentía el pasto bajo mis pies desnudos, me di cuenta que vestía un simple vestido hasta la rodilla de color celeste.

—Te preguntarás qué haces aquí.— habló una voz tranquila y serena.

—¿Acaso he muerto?

—Esa podría ser una posibilidad, pero no has muerto, al menos no aún.

Recordé entonces las múltiples flechas que atravesaron diferentes partes de mi cuerpo, vi mis brazos y mi pecho, estaban intactos.

—¿Qué quieres decir con que no aún?—pregunté, al ver a mi espalda me encontré con una mujer de cabello rubio con negro, ojos claros, facciones definidas y con el porte de una guerrera.

—Podrías morir pero he decidido traerte aquí y darte algo de tiempo para que decidas si quieres vivir o si recibirás a la muerte como a una vieja amiga.

—Por supuesto que quiero vivir.— vi como sonreía de forma tranquila y caminaba lentamente hasta acercarse a mi.

—Acompáñame a dar un paseo Kalesie.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Se más de ti que tu nombre, si te interesa.

—¿Quién eres tú?

—Esa no es la pregunta adecuada.

—¿Cuál es tu nombre entonces?— volvió a sonreír, esta vez como si se acordara de algo que pasó hace mucho tiempo.

—Tengo muchos nombres, sin embargo tú me conoces como la famosa diosa luna.— me quedé de piedra al escuchar eso, inmediatamente agaché la cabeza y guardé silencio— no hagas eso, mírame a los ojos, no te considero inferior a mi, de hecho podría considerarte como una igual.

—¿De verdad?

—Por supuesto que sí, en todos los años de vida que tengo nunca había visto a alguien que se haya entregado a la muerte tantas veces solo por proteger a sus seres amados, eso es digno de admirar.

—Nunca hubiera imaginado algo así, es más, pensaba que estarías enojada debido a mi decisión de no morir en el eclipse.

—No creo que sea posible que me enoje contigo, no cuando has hecho todo lo posible por proteger a los cachorros y demás miembros de las manadas.

—Es lo mínimo que puedo hacer, todos merecen vivir, yo merezco vivir.— ella paró justo frente a un lago y tomó asiento en una gran roca, yo la imité.

—Te preguntarás qué haces aquí.

—Me dijiste que ibas a darme una oportunidad más de vivir o de recibir la muerte.

—Exactamente, sin embargo hay algo más.

—¿De qué se trata?

—Comenzaré por decir que estoy agradecida contigo— me miró fijamente y luego miró el lago— ya se, la diosa luna agradeciéndole a una simple híbrida, suena extraño, pero es así, estoy agradecida contigo porque tú me permitiste encontrar a mi único amor.

—Realmente no se de qué hablas.

—Eso fue un mal comienzo— soltó una pequeña carcajada y volvió a hablar— verás, las cosas son algo complicadas.

Levanté la mirada del lado y al hacerlo me encontré con una joven de piel morena y cabello castaño— la mate de Samuel— pensé.

—¿Tu eras la mate de Samuel, mi primer hijo?

El Destino De Kalesie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora