Capitulo 27

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Habían pasado un par de semanas desde mi reciente nombramiento como Alfa de Dark Moon y como representante de los licántropos.el trabajo no había parado de aumentar, papeles por firmar, juntas a las cuales ir y convivencias que no podía perderme, como Alfa he estado entrenando a los cachorros y he estado ejercitándome con los mayores, las convivencias era lo que más me gustaba en mi rol como Alfa, los papeles que debía firmar eran acuerdos y peticiones, y, las juntas desde luego se basaban en mi destino.

Por un lado estaba Emily y varios ancianos del consejo que votaban decididamente en que mi muerte debía ser dolorosa y luego estaban Alexander y los demás del consejo que insistían en que no debía morir, se supone que yo como líder de los licántropos debía decidir pero me fue negado cuando lo intenté, debido a que soy yo la afectada, pues por obvias razones voy a votar por estar viva. Esto era un desastre pero al menos no estaba en total ignorancia.

Cambiando de tema, Liz había estado ayudándome a controlar mis poderes, para ese entonces ya sabía evitar que Connor entrara a mi mente, podía entrar a la suya, y mi nueva ambición era contactar con mis reencarnaciones en otra vida. Kris estaba junto a mí siempre, en cada hechizo que aprendía y en cada junta como Alfa o líder a la que asistía.

—Emily está impaciente por saber que va a pasar con usted Alfa.

—Lo sé, pero no puedo arriesgarme a una guerra, no cuando bajo mi cuidado hay más 200 cachorros.— daba vueltas por todo el despacho, frente a mí estaba Sam, el estratega de la manada, Kris, Selena, Liz, Connor y Casius se encontraban sentados en la mesa de la biblioteca, Connor mantenía la mirada fija en algún lugar de la habitación con tal de no cruzarse con la mía.

—Alfa podemos idear una manera de proteger a los cachorros y a los que no pueden pelear.

—No involucrare a ninguna manada y especialmente la mía en esto, está mi guerra, no la de ellos y si tengo que morir luchando, lo haré, no le temo a la muerte.

—Pero yo si le temo a tu muerte, no puedes pretender ganar esto tú sola Kalesie, no puedes pretender que te dejemos esto a ti, sabemos que eres fuerte, sé que eres fuerte pero no quiero verte morir una vez más, ni estoy dispuesto. —Connor intervino por primera vez haciéndonos callar a todos en un momento.

Cuando le iba a refutar, se me fueron las luces, me desmayé en la biblioteca. Y es que últimamente era así, me mareaba y vomitaba mucho, en pocas ocasiones me desmayaba pero últimamente se hacía constante.

Al despertar estaba en el hospital de la manada, Liz estaba a mi lado y Connor al lado de la ventana.  

—Al fin despiertas— dijo Liz cuando vio que me movía— estábamos preocupados.

—¿Cuánto llevo inconsciente?

—Dos días, alguien ha trabajado de más— respondió ella con una pequeña sonrisa.

—Vaya, eso es mucho tiempo— cuando dije eso, juro que algo se movió dentro de mí, instintivamente lleve mis manos a mi abdomen mientras que Connor se acercó rápidamente y tomó mi mano.

—¿Estás bien?— me preguntó mientras me inspeccionaba con sus preciosos ojos esmeralda.

—Si, lo estoy. —respondí en voz baja.

—Debes descansar más, últimamente no haces más que trabajar, ya no pasas tiempo con nosotros amor.—besó mis nudillos

—Hare lo posible por estar más tiempo con ustedes, en cuanto todo esto acabe. ¿Sí?— él no estaba de acuerdo, lo vi en su mirada pero podía hacer nada más, era lo que había y él debía aceptarlo, no había más que hacer ahí.

Dos semanas después…

Estaba canalizando mi energía junto a Liz, ella me estaba ayudando a concentrar mi energía en todo mi cuerpo, estábamos en un círculo mágico, alrededor de nosotras la energía de cada una de expresaba en colores, la mía en azul y la de ella en violeta.

Cuando entrenabamos o canalizamos nuestra energía nadie se acercaba, pues los propietarios de las energías ajenas a la nuestra podrían salir lastimados seriamente, lo habíamos comprobado cuando Kris salió volando contra un muro al acercarse al círculo.

De un momento a otro, mi energía originalmente azul se fue tornando verde, Liz perdió la concentración y me vio sorprendida.

Al terminar de canalizar mi energía Liz se acercó aún sorprendida.

—¿Por qué me miras así?— pregunté acercándome a ella, ignoró mi pregunta, se acercó aún más y tocó mi vientre, sus ojos tomaron un tono violeta claro y su silueta tomó un color más oscuro, se separó de mi lentamente mientras que sus ojos y silueta volvieron a su color original.

—Estás embarazada Kalesie.—dijo ella mirándome.

—¿Estás segura?

—Bastante, tu energía corporal sobrepasa la de una persona normal, los malestares que has estado sintiendo son fruto de tu embarazo, no hay otra explicación para eso.

El Destino De Kalesie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora