Capítulo 4

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Era cerca de las 3 en punto de la madrugada, tenía mucho de qué preocuparme comenzando con las calles inseguras de la noche, segundo que mis padres no me atraparan entrando de infraganti a la casa y tercero y último, la habitación de mi hermano a lado de la mía, la duela del suelo provocaba mucho ruido al caminar y debía estar precavida ante cualquier ruido captado por su agudo oído, esas fueron las principales. Por el alcohol no me complicaba demasiado si entraba de compras por un chupetín a la tienda de conveniencia, cualquier rastro de aliento y olor a cerveza se iría de mi boca. Justo cuando iba caminando apenas la mitad del trayecto observe a 5 sujetos, 3 fumando cigarrillos y los otros dos bebiendo y gritando a los 4 vientos obscenidades, lo conveniente era no mezclarse con ellos, así que a regañadientes tome el tramo más largo. De camino pase por un bar de lesbianas, habían algunas chicas afuera dándose de arrumacos y toqueteándose, lo siguiente que capte me dejo aturdida, Johan la chica nueva platicaba con dos tipas algo atractivas por cierto, no me sorprendió que estuviera en un bar a esta hora de la noche, tomándole cero importancia continúe mi camino, al fin y al cabo ella tendría unos 18 o 19 años y estar envuelta en esas pintas era muy de su estilo, aunque en la escuela fingiera otra faceta, solo yo sabía cómo era realmente y un poco Luz también.

Cuando llegue a la casa tuve que subirme por las plantas enredaderas que rodeaba una escalera oculta, por suerte una de las ventanas de la parte superior del segundo nivel estaba abierta, agradecida de mi suerte subí y me introduje intentando hacer el menor ruido posible, claro estaba que actuaba como una chica mala desobedeciendo a sus padres y por supuesto lo lamente, mi yo de mi aparato psíquico se dejó influenciar debido a Luz reflejando mi ello y mi súper yo se fue al carajo, adiós a mi juicio moral por esta noche. Una vez adentro de la casa, camine el largo pasillo de puntitas para que la puta duela no hiciera ruido con mis pasos, por mera fortuna mi hermano no escucho el menor ruido al pasar su habitación, luego abrí la puerta de mi cuarto y entre. Respire aliviada ya una vez en mi habitación y me quite la ropa de paso para dormir más cómoda, luego tome unas mentitas que me había comprado antes de venir y las masque eliminando evidencias de alcohol, me tumbe en la cama y espere a que el sueño me ganara.

A la mañana siguiente el rington ensordecedor y el que siempre olvido eliminar de la lista de sonidos desesperantes me despertó, molesta lo apague y alistándome con la higiene diaria y la ropa que utilizaría baje al comedor. Cuando llegue observe que mi hermano y mi padre platicaban del ocio de ayer, espere a que estuvieran al pendiente de mi llegada y me senté a lado de mi hermano.

Mi hermano Alex era de complexión delgada con facciones faciales atractivas, los ojos marrones eran de parte de mi madre, la quijada y forma facial correspondían a mi padre, su cabello era del tono negro oscuro desordenado, normalmente trabaja su cuerpo asistiendo al gimnasio todos los días, en cuanto a su personalidad responsable, amable y protectora conmigo no tenía limites, ya con sus amigos era otra persona comportándose más relajado y despreocupado de sus obligaciones universitarias, muy pocas veces él se molestaba pero cuidado cuando se toca un punto sensible, porque se libera la bestia de su interior.

—Buenos días hermanita—Saludo mi hermano con la misma energía de siempre.

—Hola, ¿qué tal?—Tome un pan tostado y lo unte de mantequilla.

—Lo mismo de siempre, ya sabes, le comentaba a papa de una visita sorpresa que tendremos hoy.

— ¿Una visita sorpresa? —Mi curiosidad me orillo a preguntar.

—Sí, la novia de tu hermano vendrá hoy y tenemos una cena que preparar—Dijo mi padre sin dejar de prestarle atención al periódico.

— ¿Tenemos? Eso me huele a manada—Llego mi madre con 3 vasos y una tetera con agua caliente colocando todo en la mesa.

Odio a la novia de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora