Capítulo 10

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Regrese al hospital de nuevo ya que había dejado mi bicicleta en el olvido, cuando llegue a lo lejos de la entrada mire a Johan quien esperaba en el hospital, quizás algún familiar o pariente de ella estaba afectado, para mi desgraciada mala suerte ella estaba al lado de mi bicicleta, oculta yo a lo lejos en el estacionamiento me frustre, mis padres me llamaran la atención si no llego antes del toque de queda acordado y así paso media hora sin separarse de mi artefacto de dos ruedas.

—Carajo, ¿A qué hora piensa marcharse o entrar al edificio? —Dije en voz baja algo molesta.

Observe que Johan de su bolso de los jeans sacaba el teléfono móvil y marcaba unos cuantos números, mi teléfono comenzó a vibrar y me sobre salte, quien podía hablarme a estas horas, quizás mis padres para llamarme la atención de no obedecerles en el toque de queda, sin embargo cuando mire mi teléfono móvil note que el número desconocido captando la idea que no eran ellos quienes me llamaban, luego mire a Johan con el móvil en la oreja esperando a que alguien contestara.

—Esto no puede ser—Dije yo insegura— ¿No tendrá mi número de teléfono a la mano o sí?

El molesto vibrador de mi móvil no cesaba, 10 minutos después con el mismo ritmo sin responder y Johan a la espera que yo lo hiciera me enfado, tenía que contestar ya que si no lo hacía y lo apagaba ella caería en la cuenta de mi presencia cercana a la zona y eso me delataría, conteste la llamada como si no tuviera conocimiento de quien me llamaba.

— ¿Hola con quien tengo el gusto de hablar? —Mejor dicho disgusto fue lo que pensé apretando mis dientes del enojo.

—Hola soy Johan por fin respondes Ana—A lo lejos mire que ella sonrió.

—Así que eres tu ¿Cómo conseguiste mi número de móvil? —Comente fríamente.

—Tu hermano me lo brindo.

Ese idiota de Alex una vez más lo hecha a perder.

—Tendré que cambiar mi número definitivamente y en cuanto a mi hermano tendré una plática muy seria con él.

A lo lejos mire que sus facciones reaccionaron divertidas quizás encantada de mi respuesta, bruja estúpida, ojala se te cayera un elefante encima fue lo que dije en mis pensamientos.

—Me gustaría verte hablar seriamente con él—Se burló.

— ¿Por qué me has llamado? —Vocifere y fui al grano.

—Vine al hospital de visita y halle tu bicicleta afuera, quería saber si vendrás por ella.

—No, la bicicleta la tengo aquí conmigo.

— ¿Estas segura? He visto que tu hermano la ha llevado a mi casa cuando visita a mis padres y la misma calcomanía del volante sigue en su lugar—Sonrió.

Mierda me tenía atrapada.

—Está bien no tengo la bici a mano, iré más tarde por ella.

— ¿Por qué no ahora? —Pregunto con ligera curiosidad y picardía.

—Tengo cosas que hacer, me voy—Estaba a punto de colgar.

—Espera—Dijo ella—Tus padres se preocuparan si no llegas al toque de queda.

—Entonces iré mañana por la bicicleta.

— ¿Por qué no ahora?

Molesta apreté uno de mis puños— ¿Por qué me haces preguntas?

—Soy curiosa—Ella sonrió y los ojos amiela dos le brillaron.

—Como sea adiós—Estaba a punto de colgar pero ella volvió a interrumpir.

Odio a la novia de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora