Odio a la novia de mi hermano

Capítulo 8

— ¿Saber qué? —Dije confundida por su pregunta.

Luego como si no esperara aquellas y frías palabras Johan dijo—Que tú eres mi futura cuñada.

Abrí mis ojos desconcertada y di un empujón apartando a Johan—Así que ya lo sabes.

—Lo sé porque tu hermanito me lo dijo—Sonrió maliciosamente.

Ese estúpido de Alex, le dijo cuándo yo le advertí que no regara el tepache y justamente lo hizo, estaba enojada sabiendo que no quería intervenir como lo iba hacer a continuación.

—Tú no eres nada de mí, sé que estas engañando a mi hermano y le contare todo lo que has hecho—Solté mordaz.

— ¿Ah sí? —Escupió Johan con alevosía.

—Sí, de esta no te salvas—Sonreí llena de satisfacción.

—Se te ve muy feliz, aunque no quisiera ser yo la que rompa tu burbuja.

— ¿De qué hablas? Si la que esta acorralada eres tú—Me burle.

— ¿De verdad eso piensas? —Se mofo.

—Claro, ya no hay vuelta atrás, se te acabo tu jueguito con mi familia—Me di media vuelta.

Si mandaba al carajo la tarea y un día de clases por esta ocasión no era tan perjudicial, todo perfecto y solucionado con la verdad, motivada salí de la biblioteca y paso por los pasillos a prisa, había uno que otro estudiante mirándome con extrañeza como si fuera una rarita de la escuela o algo así, mi sonrisa debe dejarlos impresionados suponiendo que sea por eso que ellos me observan, luego acabe de recordar que había dicho a Melisa sobre la tarea, más tarde le textiaria en watsapp con muchas disculpas, lo primero era zafarme de esa víbora y salvar a mi familia. Camine a grandes zancadas en los pasillos hasta topar con la estrada de la escuela, mire a Roberto dando bienvenida mañanera a los alumnos pase de él ignorándolo aunque no fuera mi intención ser una grosera, otra disculpa tardía para él, capte su atención después de que el me miro salir del edificio aprisa.

— ¡¿Oye Ana a dónde vas?!—Levanto la voz.

—Lo siento Roberto tengo algo que hacer nos vemos—Me fui sin mirar atrás.

— ¡Pero niña la escuela! —Volvió a gritar y lo último que escuche de él.

Tenía demasiada prisa como para detenerme por algo como la escuela o los regaños de Roberto, esa bruja de Johan tenía un auto a la mano y por supuesto no buscaba que ella llegara antes que yo a la casa, avance unas cuantas calles más corriendo sin detenerme hasta que mire su auto detenerse frente a mí, la ignore y continúe con mi camino, luego comenzó a sonar el pitido del claxon al punto de aturdir mis odios, yo no me iba a parar si con eso buscaba intimidarme, luego vi que el semáforo se colocó rojo, punto para mí y ella detuvo su auto esperando a la luz verde.

— ¡Toma esa perra! —Grite grácil.

Ella toco el claxon de nuevo, estúpido ruidito molesto de su coche, esperaba que la multaran de camino, claro que mi suerte no duro mucho cuando ella me intercepto dos calles más adelante girando el coche para detenerse de frente.

—Basta con esta estupidez y sube al coche—Me dijo ella en tono mordaz.

— ¿Y si lo hago qué? ¿Me llevaras a la fuerza de nuevo al colegio y me chantajearas con algo que te salga de la manga? —Me burle.

—Al principio pensaba hacerlo pero he cambiado de planes, te llevaré a tu casa.

Desconfiada retrocedí, que accediera tan fácil solo era una de sus trampas.