Parte 20

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Kyubi

Luego de que cayera desmayada retome mi forma humana y la cargue hasta llegar a nuestra cama, donde la desvestí y me acosté junto a ella, mientras disfrutaba de su delicada figura y su dulce aroma, caí dormido pero no antes de susurrar unas dulces palabras en su oído.

-Duerme bien -dije besando su frente, sabía que su cuerpo experimentaría algunos cambios abruptos como el crecimiento de estatura y de algunas... medidas, pero el más problemático seria el drástico incremento de energía en su cuerpo, aunque se cómo podría solucionar eso- gracias, hermosa ninfa del bosque.

Sin decir más caí en un profundo sueño del que no desperté hasta llegada la mañana al notar la ausencia de Aria a mi lado, donde se supone que tiene que estar, estaba solo en la cama, mire a mi alrededor y su ropa tampoco estaba. Rápidamente me vestí y salí a buscarla.

Salí de la cueva y baje hasta el lago, donde seguía sin tener rastro de ella, regrese a mi forma de zorro para por seguir mejor su débil rastro el cual me conducía hasta el bosque, pero a causa de las distintos olores no tarde en perder la única pista de su paradero.

-¡Aria! ¿Dónde estás? -grite al bosque pero nadie respondió a mi llamado- ¡Aria si esto es una broma no tiene gracia! ¡Sal ya!

Un ruido por enésima de mi me alerto, al alzar mi vista una roja cabellera asomo de entre unas ramas, Aria colgaba de cabeza sujetada de sus piernas como si fuera un mono, cuando estaba por hablar ella poso sus labios sobre mi nariz y dejo allí un cálido beso.

-Aquí estoy amo -dijo con una sonrisa- estaba cazando, pero tus gritos espantaron a nuestro desayuno.

-No vuelvas a salir de la cueva sin decirme nada -dije molesto- y no me llames amo.

-Lamento preocuparte -se descolgó del árbol cayendo de pie con la agilidad de un gato- pero te veías muy bonito mientras dormías y no quería despertarte.

-Si vuelves a hacer eso te castigare -dije con tono de broma, ni en sueños me atrevería a herirla- es peligroso en tu estado...

-Por favor, amo, no me castigue me portare bien -dijo suplicando mientras se acercaba a mí, yo por otro lado me transforme en humano- seré una buena chica, amo, déjeme compensarlo por mi insolencia -sus manos se dirigieron al borde de su remera y poco a poco comenzó a levantarla- déjeme demostrarle lo arrepentida que estoy por mis actos -me acerque a ella hipnotizado ante aquella visión- ¡o no! -grito mientras se alejaba y yo me quedaba parado con cara de idiota.

-¡Esta sí que me la pagas Aria!

Corrí tras ella para alcanzarla y darle lo que se merece, cuando me percate de algo, esquivaba los árboles y las piedras que se cruzaban en su camino con gran agilidad, pero estaba determinado a atraparla, acelere el paso, cada vez estaba más cerca de ella. Miro hacia atrás y sonrió para luego correr más rápido aun, pero no sería suficiente para librarse de mí, y cuando estaba por alcanzarla salto hacia un la rama de un árbol cercano y se detuvo para verme, sonriendo triunfante.

-¡Atraparme si puedes amo! -dijo con tono pícaro mientras retomaba su marcha, mientras salta por entre los arboles yo la seguía por abajo esperando el momento para agarrarla.

Nuestras risas resonaban, me sentía realmente bien, pero algo ocurrió en ese momento...

Narrador omniciente

La chica callo inconsciente del árbol en el que estaba, apunto de estrellarse contra el suelo cuando fue detenida por el zorro que hace unos momentos la perseguía mientras reían alegremente.

Lo que antes era una alegre sonrisa ahora se había transformado en una expresión de preocupación por su amada que yacía inconsciente, aunque ilesa, delante de él, sin perder más tiempo la subió a su lomo y corrió veloz, esquivando todos los obstáculos del camino hasta llegar a la cueva donde la deposito suavemente sobre la cama.

Con preocupación coloco su mano sobre la frente ella, suspirando aliviado al comprobar que su temperatura era normal, así que solo se recostó a su lado esperando paciente que despertara.

Aria

Me removí un poco en la cama para intentar encontrar una posición más cómoda ya que me dolía el cuello, una mano paso por mi cintura y me sujeto firmemente impidiéndome que me mueva.

-Shhh, no te muevas -susurro en mi oído algo adormilado.

-Estoy incomoda -el soltó un gruñido pero retiro su mano permitiéndome que me acomode, me di la vuelta para tenerlo enfrente- ¿qué paso?

-Nada solo duérmete ¿sí? -lo mire determina, el abrió uno de sus ojos y suspiro- estaba persiguiéndote por el bosque mientras saltabas por entre las ramas y de un momento a otro te caíste, eso es todo.

-¿Solo eso? -pregunte sabía que me ocultaba algo- vamos dime, are lo que tú quieras -dije con tono sensual.

-Igual estas obliga a hacerlo de todas formas -me miro inquisitivo- supongo que si te obligo a hacer algo me miras de esa manera el resto de mis días.

-Por favor...

-Está bien lo are -suspiro- párese que el contrato te sentó algo mal, son muchos cambios físicos para una humana.

-¿Cambios?

-Sí, cambios ¿no te notas más rápida y ágil que antes? -asentí- y además crecerás un poco en estatura y otras partes de tu cuerpo también crecerán...

Comenzó a tocar mis pechos mientras su otra mano viajaba por mi espalda hasta mi trasero, un gemido involuntario surgió de mis labios por lo que aprovecho para meter su lengua.

-Kyubi... Estas demasiado animado para esta hora –dije al tiempo que lo empujaba hacia un lado- ¿puedes sentirlo?

-¿Sentirlo? –pregunto algo confundido, a lo que yo lleve una de sus manos a mi plano vientre.

-¿Puedes sentir a nuestro niño? –él me miro sorprendido por mi pregunta.

-Si –acaricio mi mejilla- es muy fuerte, no tienes que preocuparte más que de comer bien y... de consentir a tu amo adecuadamente –sonreí aliviada y ante sus persistentes intentos.

Como negarle algo al zorro tonto que trago a mi vida tanta felicidad.

The End

-Bueno hasta aquí esta bella historia de una chica y su amado zorro, espero que les halla encantado esta reescritura de mi primer libro, también espero que lean las demás historias de mi canal, ninguna de ellas tiene perdida. Y como ultima cosa esperen el extra... ¿No vas a agregar nada demonio? Esta podría ser tu última oportunidad de decir algo.

-Solo una cosa, no quiero que te desmayes por esto...

-No soy tan débil, solo dilo.

-Lo decidí, te acompañare hasta el fin de los días.

*Se desmaya*

-Te lo dije... y ustedes más les vale votar y comentar cosas positivas en esta historia o de lo contrario... bueno, estimo que podrán deducir lo que ocurre cuando molestas a un demonio.

El zorro de las nueve colasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora