Aria
-Ufff, al fin termino de escribir el borrador para mi nuevo libro, me llevo más tiempo del previsto, ciento que se me durmieron las piernas y aun me falta mandarlo a la editorial para que lo aprueben y luego lo publique, no quiero a ninguna fan loca tocando a la puerta de mi casa- suspiro agotada, desplazo mi vista desde la pantalla del ordenador hasta la ventana, que día más horrible- menudo trabajo he venido a escoger, estoy muy cansada.
-¡Es hora de cenar! -el olor de la comida que llegaba hasta mi estudio y me recordó lo hambrienta que me encontraba- ¡tomo el mundo, dejen ya esos juegos y vengan aquí!
-¡Ya vamos! –con ese grito toda la primera planta de la casa resonó al unisonó.
Me levante apresurada, pero al hacerlo unas repentinas nauseas me invadieron "ho no, no otra vez, por favor no" Al salir de mi estudio por poco soy llevada por una estampida de rojo, blanco y dorado, pero por suerte fui esquivada a tiempo, solo una de los integrantes se detuvo para mirarme con una sonrisa pícara.
-¿Una carrera hasta el comedor? -pregunto segura.
-Por cosas como estas me dicen que soy una inmadura -susurre a mí misma mientras me aproxima al barandal- cuando quieras enana -dije mientras saltaba del segundo piso al primero.
-¡Te adelantaste! ¡Eso es trampa! -grito al tiempo que me seguía he intentaba adelantarse en vano, llegue primero al comedor donde la mesa ya estaba puesta con la comida esperando.
-Pensabas que podrías ganarle a tu vieja madre –conteste triunfante tomando mi lugar en la mesa.
-Que infantiles son las dos -resoplo desde un extremo de la mesa, me acerque a él dejando un beso en sus labios.
-Pero eso te encanta -él frunció el ceño.
-Vamos admite que sin nosotros haciendo bullicio este lugar seria deprimente -soltó mi niña mientras se acomodaba en su lugar junto a sus hermanas y hermanos.
-Ustedes ganan esta vez -dijo mirándonos a los dos- pero no salten desde el segundo piso que para algo están las escaleras.
-Sí, están para subir cuando te da pereza trepar -contesto Amia
-Al igual que las ventanas están para entrar cuando la puerta se encuentran muy lejos –le siguió zui, el más travieso de mis niños.
-Bueno ya ustedes tres -dije parando la mini-pelea que se empezaba a gestar- luego hablaremos de eso -dije llevando un trozo de carne a mi boca- esta delicioso.
-No es nada -dijo intentando restarle importancia, pero como ya era costumbre, sus colas se movieron, delatándolo, demostrando su felicidad ante el cumplido.
-Papa eta feliz –dijo la menor de mi las trillizas, perla.
La cena transcurrió sin mucho más que contar. Luego de recoger los platos nos marchamos a nuestras habitaciones.
-Buenas noches mis niños, que duerman bien -dije algo apresurada ya que las manos de cierto zorro estaban en una zona la cual dejo, hace varios centímetros, de catalogarse como espalda.
-Descansen –dijeron bostezando mientras caminando, a paso cansado mientras arrastraban sus colas, se dirigían a sus cuartos, los cuales estaban convenientemente ubicados al otro lado del pasillo.
-Bien -escucho un siseo en mi oído- ahora que se fueron -me presiono contra su cuerpo para poder llevarme, casi a la rastra, a nuestro cuarto. Una vez adentro cerró la puerta con cerrojo mientras me sonreía con malicia- creo recordar que tú y yo tenemos asuntos pendientes desde la otra noche.
-¿Así?... No recuerdo nada parecido -comienzo a desvestirme, ignorando las cosquillas en la espalda que me producen el rose de sus colas- solo sé que debemos acostarnos o mañana no habrá quien nos despierte.
-Son las nueve, podemos demorarnos un poco -"creo que ya sé cómo decírselo"
-Tu ganas -me abalance sobre él y ambos caímos sobre la cama- pero luego tengo que decirte un par de cosas -dije mientras me deslizaba hacia abajo.
-Espero que sea algo agradable pe...
-Dependerá -desabrocho su camisa y luego sus pantalones.
-¿De qué? -sonreí con malicia
-De si te gustaría tener 23 zorritos corriendo por la casa.
-Espera ¡¿qué?! -me toma de los brazos para levantarme y recostarme sobre la cama- ¿es verdad? –Sin esperar mi respuesta apoya una de sus manos en mi vientre- es verdad, te amo Aria.
-Y yo a ti mi lindo zorro.
-Me duele la cabeza, ¿Qué paso?
-Nada importante, solo te dije que me quedaría otra para siempre contigo y te desmayaste... se desmayo otra vez.
-...
-Bueno hasta aquí esta cursi historia, la verdad, creo que la mía esta mejor.
-Demonio estúpido...
-Hasta dormida me insulta... bueno lo que estaba diciendo, lean "plumas de ángel y sangre de dominio" es mejor que esta historia.
-Demonio mentiroso...
-...
ESTÁS LEYENDO
El zorro de las nueve colas
De TodoUna historia conmovedora acerca de una joven chica que vive sola en un bosque apartada de todos, con un oscuro pasado que solo su amigo de cuatro patas conoce. Debido a los giros del destino y a su amabilidad, ayuda a un zorro enorme, haciendo que p...