Cuidarte el alma - Outlaw Queen

Capitulo 11

—¿Qué fue lo que paso? — Pregunto Red mientras ayudaba a las chicas a bajar a Robín del caballo.

—Nos emboscaron y le dispararon en la pierna y de pronto se desmayo — Respondió Tinkerbell

—Hay que llevarlo a una habitación.

Entre las tres lo cargaron hasta una de las habitaciones y Red dedico unos minutos a examinarlo.

Regina tenía los ojos llenos de lágrimas y estaba sentada junto a Robín sosteniendo su mano.

—La flecha estaba envenenada — Dijo Red examinando la herida — Esa es la razón por la cual esta tan mal.

—¿Puedes salvarlo verdad? — Pregunto Regina sin dejar de mirar a Robín.

—Espero que sí.

Robín abrió los ojos un momento y sonrió al ver la cara de la reina. Regina le sonrió y de un segundo al otro el cuerpo del ladrón temblaba violentamente.

—¿Qué está pasando?

—El veneno está llegando a su corazón... Debemos hacer algo ahora o si no, no sobrevivirá.

Las lágrimas de Regina brotaron como si un grifo se hubiera abierto.

—Tienes que salvarlo — suplico ella — Por favor — La reina acaricio el rostro de su guardián y se acerco más a él — Por favor no me dejes — susurro — No me dejes... Te quiero.

—Tink necesito que me ayudes — Pidió Red — Su majestad, necesito que salga de aquí.

—No voy a dejarlo solo.

—Regina, haz lo que dice — Dijo el hada — yo estaré aquí con él. Nada va a pasarle... Te lo prometo.

Tinkerbell se acercó a Regina y la tomo del brazo para hacerla salir de la habitación.

La reina caminaba despacio y sin dejar de mirar a Robín.

El no se podía ir. Ella no podía pasar otra vez por lo mismo, no podía perder al amor de su vida otra vez.

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Regina caminaba de un lado a otro afuera de la habitación de Robín. Tinkerbell y Red seguían ahí sin decir nada.

Varias veces escucho los gritos de Robín y pensó en entrar a la habitación y sostener su mano, susurrarle que todo iba a estar bien y que ella estaría a su lado.

Pero simplemente no pudo hacerlo, no pudo abrir esa puerta y entrar. No podía soportar la idea de verlo sufrir. No podía soportar el verlo morir entre sus brazos como lo hizo aquella vez con Daniel.

Pero Robín no iba a morir, él no la iba a dejar, él era un hombre fuerte que lucharía por aferrarse a la vida. Simplemente él no podía dejarla, porque si lo hacía, Regina no sería capaz de vivir una vida sabiendo que la historia se repetía, que el hombre que amaba morirá por su culpa.

Minutos después Tinkerbell salió por la puerta y camino hacia Regina.

—¿Qué pasa? — Pregunto la reina.

—El está bien ahora... Ruby consiguió extraer el veneno y parece que se va a recuperar pronto — Respondió el hada con una pequeña sonrisa.

—¿Puedo verlo ahora?

—Está dormido. Le di un poco de polvo para calmar el dolor de la pierna.

—¿Puedo verlo aun así?