천사 (ángel) -Yoonmin-

Chapter six

2 meses

Las lagrimas no cesaban, la impotencia había estado en su cuerpo durante las últimas semanas. Tan solo comer un bocado de pan de arroz y su bebé rechazaba la comida recibida haciendo vomitar a quien lo cargaba dentro suyo. Había bajado de peso debido a la poca ingesta que su hijo le provocaba, comenzó con medicamentos suaves que no alteraran nada su salud los cuales si bien le hacían efecto y ya comía mejor, su salud no era una de las mejores.

Yoongi pidió licencia por unas semanas, su esposo le necesitaba y él por nada del mundo se separaría de su lado. La promesa que hizo en el altar jamás la rompería. El pelinegro tocó la puerta del baño, Jimin se había un buen rato adentro en el frío piso.

- ¿Está todo en orden? -preguntó pegando su oreja a la puerta.

- S-sí... solo estoy mareado... -dice débil-

- Abre la puerta, te debes estar enfriando -trata de abrir la puerta pero está con seguro- Jimin, abre.

- Hyung, he perdido tanto peso que mis dedos llegan a juntarse cuando los rodeo en mi brazo... -confiesa y la piel de Yoongi se pone de gallina- Hacía tanto tiempo que no estaba así.

- Cariño, sal del baño. No recuerdes eso, tu sabes lo mal que estabas... casi te perdí -muerde su labio asustado, la sola idea de recordar cuando Jimin deseaba ser delgado le aterraba, había sido un época muy sombría para ambos- Piensa en el bebé, no quieres que le pase nada ¿cierto?

- No, claro que no... es mi bebé -su voz se quiebra y empieza a llorar abrazándose a si mismo- No soportaría perder otro...

- Yo tampoco... -su voz se apagó- Si ahora tu problema es que subiste de peso o te sientes mal contigo mismo, puedes hablarlo conmigo. Sabes que guardarte las cosas no hacen bien, menos a nuestro hijo.

Y Jimin sintió culpa, no quería que su bebé sufriera las consecuencias de su irresponsabilidad.

Se puso de pie con cuidado, lavó su cara y quitó el seguro de la puerta abrazando a su esposo quien acarició su nuca mientras escondía su rostro en el hombro contrario, encajando perfectamente.

- Tengo tanto miedo que mi cuerpo rechaze al bebé otra vez... -confesó con la voz temblorosa- Vomito cada cosa que como y los medicamentos... no quiero hacerle daño -acarició su vientre plano.

- No me despegaré de ti en ningún momento, estos 3 meses son los más riesgosos y no correré el peligro de perderlos -besó su frente cerrando sus ojos con fuerza mientras escuchaba el llanto del menor- Te amo más que a mi vida, no soportaría estar sin ti.