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–Esto es de locos. –digo tratando de procesar y entender cómo piensa las personas de esta casa. Cuando Margo vio a Joel conteniéndome creyó que estamos saliendo y que somos pareja. Cosa ridícula porque apenas nos conocemos hace tres días y él es mayor que yo. Pero eso no es lo peor.

Esta mañana Margo me despertó diciendo que tenía unos regalos para mí, me emocioné mucho hasta ver que clases de regalos eran. Ropa interior muy reveladora, vestidos de cuero, shorts muy diminutos, camisetas cortas, etc.

–¿Q-Quiere que use... esto? –pregunto interrumpiendo su discurso. Ella estaba diciendo que debo verme bella e irresistible, mostrar mucha piel para ser el deseo de los alfas y muchas cosas más a las cuales no presté atención.

–Oh claro. Esto encenderá la llama entre tú y Joel. –contesta sonriendo mientras tiene un diminuto vestido en sus manos.

–¿Llama?

–Déjame decirte que hiciste una muy buena elección. Todos los alfas de su familia sirven a la nuestra desde hace mucho tiempo. –ella continúa hablando sin prestar atención a ninguna de mis palabras –Ah, y por si acaso... –Margo busca y saca una caja mediana dentro de una bolsa de regalo.

–¿Qué es esto? –le pregunto haciendo una mueca. Ya no quiero seguir abriendo estos regalos extraños.

–Éste te encantará. Lo compré yo misma para ti. –Margo me sonríe y coloca la caja sobre mi regazo. La misma está envuelta con un listón rojo. Yo trago saliva y retiro la tapa para encontrarme con dos pares de espozas, antifaces, un collar con un dige con forma rosa y una correa fina, unas botellitas que no sé para que son y otra ropa interior, pero ésta tiene encaje y es de color rosa con listones.

–Eh... ¿Gracias? –digo teniendo los ojos bien abiertos. ¿Que demonios...? Es cierto, el profesor dijo en la clase de educación sexual que está bien visto por la sociedad que los omegas tengan sexo. Ahora entiendo porqué Margo me regala y habla con tanta normalidad sobre este asunto. Pero yo no estoy acostumbrada.

–No es nada. Así podrás complacer a tu alfa. –ella me guiña un ojo y luego se levanta de la cama para caminar hacia la puerta –Te dejaré sola por un momento para que te pruebes todo. –agrega antes de salir. Cuando la puerta se cierra, yo bajo la mirada hacia todas las cosas que están sobre la cama. Definitivamente eso no se puede llamar ropa, dejan mucho a la vista. Si mi mamá o papá viera esto seguramente tendría un ataque del corazón y me regañaría.

Aunque... El collar con la rosa se ve muy bonito, es delicado, negro y tiene unas finas cadenas que lo adornan. Es simple y bello.

–¿Puedo pasar? –escucho a Joel detrás de la puerta, la misma se abre lentamente mientras yo me apresuro a intentar guardar toda esta ropa

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–¿Puedo pasar? –escucho a Joel detrás de la puerta, la misma se abre lentamente mientras yo me apresuro a intentar guardar toda esta ropa. Algunas se me caen de las manos cuando corro de un lado al otro en busca de algún lugar para ocultarlas. Si alguien viera esto me sentiría muy... –¿Y toda esa ropa? –pregunta el alfa haciendo que todo lo que tengo en mis manos se me caiga sobre la alfombra. Él da unos pasos dentro de la habitación y su vista baja hacia la misma ropa interior que estaba junto con el collar.

Versión OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora