Gamma

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–¿Eres un gamma? –pregunto mientras contengo mi emoción. Siempre quise conocer uno en persona desde que aparecieron en las noticias. Es impresionante, aunque a simple vista sólo parece un alfa con el cabello largo.

–Si, lo soy. ¿Qué eres tú? –Yarel me da otra mirada de arriba a bajo y eso me pone muy nerviosa. Sólo le falta olfatearme.

–¿Qué haces? –me espanto cuando lo veo tomar un poco de mi cabello y lo huele. Es justo como lo supuse.

–Es que mi tío dijo que los demás grupos tienen olores muy fuertes. Excepto los beta, así como nosotros los gamma. –me explica mientras continúa dando fuertes ignalaciones contra mi cabello. Esto es un poco incómodo –Sólo huele a shampoo con aceite esencial de Jazmín. No hay ningún olor especial. –comenta dejándome paralizada. ¡¿Cómo supo que uso eso para lavar mi cabello?!

–¡Hey! –una voz ronca llama nuestra atención y frente a la mesa de Yarel está el primero de mis compañeros que descubrió que era un alfa. Ahora, sólo por eso, se cree el mejor de todos y es muy irritante –Dijeron por los pasillos que eres gamma ¿Es cierto?

Yarel asiente con la cabeza mientras mira a ese tonto a los ojos –Lo soy.

–Menos mal porque ya estaba a punto de retarte a una pelea. –contesta ese alfa haciendo que bufe. Siempre son tan territoriales, él tomó al nuevo como una amenaza.

–¿Escucharon su nombre? ¿Cómo se pronuncia eso? –dice una de las chicas que se sientan detrás de mí, creo que su nombre es Liliana. Ella está a unos metros de nosotros y por su comentario el resto de sus amigas comienzan a reírse de Yarel –Debería llamarse trabalenguas porque eso es lo que es. –agrega y risas más fuertes se oyen en el salón mientras que Yarel sólo guarda silencio y baja la mirada.

–Vaya... y yo creía que era un abusador. –oigo al alfa murmurar mientras mira a Lili. Esto es un poco irónico.

En ese momento el timbre suena y todos se apresuran en entrar al salón, algunos valientes quedan en la puerta a la espera del profesor –Ahí viene. –uno de los payasos de la clase corre hacia su mesa y luego actúa como si nada hubiera pasado un segundo antes que el profesor entre al salón.

–Bien, continuemos con la clase. –murmura en un tono desganado mientras camina a su escritorio y deja su portafolios sobre el mismo.

–Psss, psss... –logro oír unos molestos sonidos detrás de mí, parece que se trata de Lili. ¿Está loca? Sabe que no debemos hablar en clases, sino el profesor nos dará tarea extra.

–Psss, hey, trabalenguas. –su amiga también se une a ella y le están hablando en voz baja a Yarel –Sólo queríamos disculparnos, en realidad tienes un cabello muy hermoso. Tal vez podrías convertirte en nuestra amiga. –susurra haciendo que yo apriete mi bolígrafo con fuerza. ¿Cómo pueden estar haciendo esto en plena clase? ¿Por qué se burlan de Yarel? Y... ¿Por qué él no responde? Sólo se queda en silencio.

–Oh sí, que cabello tan suave. –Liliana se atreve a tomar unas mechas de Yarel mientras que el profesor se encuentra de espaldas y escribiendo las consignas –Podríamos hacerte peinados bonitos y decorarlo con flores y brillantes.

–Basta. –la palabra sale de mi boca en un tono un poco alto para mi gusto, pero creo que el profesor no me escuchó. Aún así, ellas no se detienen.

–No le estamos diciendo nada malo y es de mala educación meterse en la conversación de los demás. –Lili continúa jugando con el cabello de Yarel mientras que yo tengo un pequeño ataque al corazón cuando el profesor se da la vuelta para mirar a toda la clase. Giro mi cabeza para ver sobre mi hombro y ellas fingen que están copiando. Hasta sonríen de manera cómplice y eso no me gusta nada. ¿Qué piensan hacer?

–¿Yarel? –murmuro cuando siento que toca mi brazo con su bolígrafo.

–Shh. –responde y me indica mirar al frente. ¿Quiere que las ignore? Eso es lo que él está haciendo, ahora lo entiendo, no quiere causar una mala impresión con el profesor en su primer día y es por eso que sólo ignora a Liliana.

Yo me siento bien en mi silla, soltando un suspiro, y bajo la mirada hacia mi hoja. Aún no he copiado las otras tres preguntas que el profesor acaba de escribir y estoy segura que él borrará el pizarrón muy pronto. Debo ser rápida.

–Psss, trabalenguas. –oh no, de nuevo se burlaran de él –Es sobre tu cabello... Es muy hermoso y eso me molesta.

–¿Qué? ¿Por qué dice eso? –me pregunto a mí misma. Sé que debería ignorarlas pero no puedo. Son muy molestas –¿Eh? –suelto al ver que Lili tiene unas tijeras en su mano derecha y las acerca a Yarel.

–Sería una pena que alguien lo cortara. –ella se atreve a tomar de nuevo su cabello y le corta una mecha con esas tijeras, arruinando por completo su peinado.

–¡Dejen de molestarlo! –exclamo poniéndome de pie y dejándome llevar por la ira. Volteo hacia Lili y le quito las tijeras de la mano de un rápido movimiento mientras veo que el cabello cortado de Yarel está desparramado en el suelo.

–Griera, al salón de castigo, ahora. Junto con Jonas. –el profesor no duda en enviarme al castigo con Lili, su orden es firme y no podemos negarnos. Yo quedo paralizada en mi lugar y luego dejo caer las tijeras que tenía en mis manos. Me dejé llevar y resultó esto.

–Lo siento. Si. –murmuro mientras recojo mis útiles y los guardo dentro de mi mochila. Que vergüenza, todos me están mirando.

–Dense prisa. –habla el profesor haciendo que los cabellos de mi nuca de ericen. Liliana ya está caminando hacia la puerta y yo aún no me he movido de mi lugar.

Yarel me mira en silencio mientras camino hacia la salida, creo que intenta disculparse conmigo pero él no tiene la culpa. Sólo debí ignorar a Lili.

–Bien, caminen. Iré detrás de ambas para asegurarme que lleguen a la sala de castigos. –el profesor cierra la puerta cuando doy los primeros pasos fuera del salón y... siento miedo. Es la primera vez que me castigan, mi estómago está revuelto y casi apenas puedo respirar. Además no sé cómo les diré a mis padres sobre esto, se molestaran conmigo.

Me atrevo a levantar la mirada mientras caminamos por los pasillos y veo que Liliana está igual de asustada que yo. Hasta incluso más, está sudando mucho y unas gotas de transpiración baja por su sien del lado izquierdo.

–Rápido, odio que me hagan perder el tiempo con idioteces. –el profesor se oye muy molesto y puedo escuchar un lloriqueo bajo por parte de Lili. Está aterrada.

En ese momento, algo me detiene y cuando intento avanzar nuevamente no me deja. Parece que mi mochila se atoró con algo. Miro sobre mi hombro para buscar el problema y puedo ver que el profesor es quién sostiene mi mochila con su mano derecha. Un gran nudo se forma en mi garganta mientras regreso mi mirada hacia adelante. Liliana continúa hacia el salón de castigos y no mira hacia atrás, quisiera gritarle para que me ayude pero ella seguramente saldría corriendo al verlo.

–Quita esa cara de espanto, no estás castigada. –me dice él dejándome aún más confundida de lo que estoy.

–P-Pero yo...

–No estaban a más de un metro de mí, escuché todo lo que pasó. –me interrumpe mientras suelta mi mochila –Estoy seguro que Jonas no volverá a burlarse de nadie, pero si vuelve a pasar quiero que me lo digas ¿Entendido?

–E-Eh... si. Lo haré. –contesto siento como vuelvo a respirar nuevamente, el nudo también desaparece pero las náuseas continúan. Creo que devolveré el desayuno.

–¿Estás bien Griera?

–No, creo que... –intento explicarle como me siento pero no puedo seguir hablando, si lo hago tengo la sensación que algo saldrá. Agr... sabe horrible. Mi estómago me duele mucho.

–Llamaré a tus padres enseguida. –el profesor me toma de la mano mientras caminamos a paso veloz hacia la enfermería. No quería causarle problemas pero las náuseas y los dolores son aún más fuerte. Me siento enferma.

Pero no lo entiendo, todo estaba bien, tal vez... sea mi celo.

Versión OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora