Omega

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–¿No sabes donde está? –me pregunta Yarel. Él está sentado a mi lado en la cama mientras le explico que no pude encontrar a Joel.

–No, llamé a la casa de mi abuelo y me dijeron que lo despidieron porque no asistía al trabajo. –respondo bajando la mirada.

Yarel pasa su brazo sobre mis hombros y me atrae hacia él para darme un cálido abrazo –Al menos lo intentaste.

Sus palabra son buenas –Pero no es suficiente, debo hacer más. –murmuro separándome de su abrazo lentamente y observo el papel con la dirección que Margo de dio. Dijo que en ese lugar vive Joel.

–No te darás por vencida ¿Eh? –el gamma suelta una risa y pellizca mi mejilla –Eso me gusta.

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En la tarde fuimos a la escuela a la última práctica para el festival, el profesor Maks nos felicito diciendo que lo sorprendimos mucho porque él creí que éramos un montón de fracasados, pero dijo que ganaremos el primer lugar sin duda. Ya que también competiremos contra otras escuelas.

–¿Listo? –le pregunto a Yarel cuando lo veo salir de las duchas.

–Sip. –responde y se inclina hacia mí –¿Me das una mano con esto? –se refiere a su cabello, entonces le sonrío y lo ato con una liga que él me entregó.

–Ya está. –termino de arreglar unas mechas rebeldes y Yarel me sonríe.

–Ahora si, vamos. –él me toma de la mano y comenzamos con la búsqueda de la dirección que tengo en el papel. Parece ser la de un edificio.

Una hora de caminata y bromas por parte de Yarel después, conseguimos llegar al lugar y se trata de efectivamente un edificio –La dirección dice piso 8 departamento 23. –murmura el gamma mientras apoya su mentón sobre mi hombro derecho.

–Si. Es aquí. –ambos entramos al edificio diciéndole a la encargada que venía a buscar a mi novio. Esa fue idea de Yarel y yo le dije la mentira a la beta mientras tenía las mejillas muy calientes.

Una vez dentro del ascensor Yarel acaba con el silencio y la molesta música de ambiente –¿Qué vas a decirle cuando llegues? –él se ve un poco serio en este momento y tampoco sonríe.

–Bueno... No había pensado en eso. –le confieso mientras bajo la mirada. Todo fue tan rápido que yo no lo pensé.

–¿Quieres ser su novia? ¿Lo quieres como tu pareja? –me pregunta Yarel mientras se cruza de brazos. Él me mira con atención y espera una respuesta.

Yo, bueno, extraño las caricias de Joel en mi cabello. Su voz diciéndome cosa hermosas y también su olor a menta, creo que yo... Estoy enamorada de él.

–Si, lo quiero. –le respondo a Yarel –No es amor pero si cariño, tal vez con el tiempo pueda amarlo con la misma intensidad. –agrego dejando al gamma con los ojos bien abiertos.

–El amor es impresionante. –comenta bajando la mirada y luego frota su barbilla –Okey, espero que estés lista porque ya llegamos. –indica las puertas del ascensor y las mismas se abren cuando llegamos a nuestro destino. El piso 8.

Estoy nerviosa pero no puedo arrepentirme, Joel debe saber que lo siento y que también lo quiero. Tal vez... en el futuro podríamos formar una familia.

Departamento 23.

No puedo mover mi mano y tocar, no sé qué me ocurre. Además mi rostro está ardiendo. ¿Estoy sonrojada?

Toc toc, miro a un lado y Yarel acaba de golpear la puerta suavemente –No te preocupes, todo saldrá bien. –me regala una de sus alegres sonrisas. Eso me llena de valor y me preparo para hablar con Joel. Todo saldrá bien, todo saldrá bien.
De repente se oye unos ruidosos gritos y gemidos dentro del departamento. Yarel se apresura a cubrir mis oídos mientras sus mejillas se tiñen de un tono rojo –Mala idea, no debimos venir. –susurra estando muy cerca de mi rostro. En eso, logro escuchar un último grito desde el interior.

Yarel me pide irnos pero no soy capaz de mover mis pies. Joel está con alguien más luego de juntarme que me amaba. No puedo creerlo.

Unos minutos pasan y la puerta se abre para mostrarnos a un desalineado Joel sin camisa –¡¿Qué quieren?! Ahora estoy ocupado.

Mis ojos van hacia él mientras da un paso atrás al verme, no sé qué decir en este momento ni como debería sentirme. Joel ahora tiene el aroma de otra omega en su cuerpo.

–Y-Yo vine para...

–Ya lo sé, todas vuelven florecita. –me interrumpe ese alfa mientras sonríe de lado –Pero ahora estoy ocupado así que vuelve luego. –él toma mi mentón y deja un beso en mi mejilla. Es tan cruel.

–¡Hey! No le hables así. –Yarel sale en mi defensa, había olvidado por un segundo que me acompañaba.

Otra omega sale del departamento de Joel y se despide de él comiéndole la boca de un beso mientras que a nosotros nos ignora.

–Bueno, ya estoy disponible. –me dice el alfa cuando la otra omega ya se ha marchado, entonces siento su mano en mi muñeca y me obliga entrar a su departamento.

Con su otra mano sostiene mi mentón e intenta besarme, ahí es cuando Yarel interviene y golpea a Joel en el rostro –¡Cam! –el gamma me toma de la cintura y me aleja inmediatamente de ese estúpido alfa –Todas regresan ¿Eh? Cam vino a disculparse contigo y la recibes de esta manera. –habla manteniendo los puños apretados mientras Joel se limpia la línea de sangre que baja desde su boca.

–No te metas en asuntos que no te importan, mocoso. –contesta el de ojos azules.

–¡Todo sobre Cam me importa! –exclama Yarel. Eso me deja sin palabras.

–¿La amas?

–¡Tú la amas! Pero en vez de aceptar sus disculpas y hacer las paces prefieres hacerte el fuerte y actuar como si nada te importara. Eres un idiota. –Yarel dice todo eso mientras mira a Joel a los ojos.

–¡No necesito a nadie, estoy mejor solo! –responde el alfa alzando la voz –Y ustedes son muy jóvenes, tienen mucho que aprender de esta vida de mierda.

Yarel suelta un suspiro y todos sus músculos tensos se relajan –Estoy preocupado por ti, con esa actitud terminarás solo... así como quieres. –el gamma se da media vuelta y, al momento de pasar junto a mí, su mano toma la mía. Silenciosamente me pide que nos vayamos.

Así salimos del departamento de Joel y, por unos segundos, pude ver las lágrimas en sus ojos azules antes que la puerta se cerrara.

Yarel llama mi atención cuando suelta un suspiro y luego su mano libera la mía. Nos encontramos frente al ascensor, el silencio nos rodea y sólo es interrumpido por un momento por el sonido de las puertas abriéndose frente a nosotros.

–Que idiota. –él es el primero en hablar cuando entramos a la caja metálica –Primero mintió diciendo que te estaba utilizando y ahora actuó de esa forma, como si pudiera tener a cualquiera a toda hora. –murmura manteniendo la mirada en sus pies –Había muchas latas de cerveza vacías en el piso al igual que pañuelos desechables. Está deprimido y no quería aceptarlo.

–Fue una muy mala idea venir. ¿Por qué me ayudaste? –hablo tomando entre mis puños su camiseta. Al fin Yarel me mira a los ojos, su mirada se ve un poco diferente –Si todo hubiera salido bien con Joel, yo...

–Estarías feliz. –me interrumpe mientras una sonrisa se dibuja en su rostro –Con eso me basta.

Yo ya no puedo continuar y lloro en el pecho de Yarel, mientras él me dice que es bueno estar triste y que encontraremos una forma para que Joel y yo estemos juntos. Pero no lloro por ese alfa –N-No me di cuenta a-an-antes. Lo... lo siento mucho. –estas disculpas no bastan. No son suficientes.

–¿P-Por qué te disculpas? –pregunta en un tono ingenuo. Él es tan fuerte.

–Yarel, tengo algo que decirte. –digo cuando limpio mis lágrimas casi por completo. Él se inclina hacia mi con curiosidad y es cuando rodeo su cuello con mis brazos, entonces tomo sus labios con los míos ahora que tengo su boca a mi alcance. Quiero agradecerle por todo lo que hizo por mí.

🐾🐾🐾🐾🐾
Todavía no termina, falta el epílogo.

Versión OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora