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Anya

Escucho los pasos de Aleksei en la planta baja; de nuevo al teléfono, aparentemente está enojado ya que puedo oír sus gruñidos desde aquí.

Como puedo camino entre las muchas cajas qué hay en el ático mientras busco lo que necesito para cocinar, Aleksei dijo que no era necesario; pero mi aburrimiento no me dejó quedarme sin hacer nada.

Mi vista cae en una pequeña caja qué hay sobre un escritorio de madera. Con cuidado de no tropezar llego a la caja y me siento en el piso antes de abrirla. Me quedo con la boca abierta. Hay cartas, cientos de cartas.

Bien; tal vez no cientos pero hay muchas y hay varios sobres diferentes y hechos de materiales distintos. Tomo el primero y me doy cuenta de que incluso está sellado con uno de esos sellos de cera. Abro la carta y sonrío con impresión al ver la fina caligrafía que incluso parece estar escrita con pluma.

Aleksei;

No tienes idea de lo mucho que intentó buscar palabras que te sirvan de consuelo; o al menos tener algo para decirte que me haga sentir que te ayudo en alguna manera. Probablemente es muy tarde, lo sé. He estado mirando al vacío en esta hoja los últimos dos días.

Bueno, en realidad lo he estado mirando los últimos dos meses.

Mi corazón se rompe mientras escribo estas palabras; porque tú sabes que cuando te hago un daño; a la vez me lo hago a mi. No hay palabras que describan cuánto me duele decir esto.

Más aún; sabiendo que solo voy a empeorar tu dolor; y aumentar el sufrimiento con el que cargas día a día después todo el horror y tragedia que llego a tu vida. Pero hay momentos en los que debemos dejar de pensar con el corazón, y solo usar la cabeza.

Como tú siempre dices; "Siempre tenemos opciones, pero depende de ti ser lo suficientemente valiente para tomarla."

Tengo varias opciones frente a mi; pero todas implican provocar un daño. Perdóname, cielo; pero la decisión que voy a tomar te dañara a ti también.

No es lo que quiero; pero es lo mejor para mí. Aleksei... yo tengo sueños, cosas que quiero lograr. Cosas que no puedo lograr contigo a mi lado. Le he dado la espalda a todo por ti. Mi familia, mis aspiraciones; hice muchos sacrificios por ti.

Estuve ahí para ti cada vez que pude. Cuando me necesitabas fui a ayudarte.Y sí, ahora también me necesitas.Pero no puedo ir por ti está vez. Sí, tu me necesitas; pero yo también debo comenzar a hacer cosas para mí.Está va a ser la última carta que te voy a escribir.

Yo ya no puedo vivir así, como dije quiero lograr cosas; y no puedo hacer esto si estoy muerta.Y si me amas tanto como aseguras hacerlo; déjame ir. Espero que algún día en encuentres a alguien que ames.

Supongo que esta es la despedida, cielo. No te olvidare; así como espero que tu no me olvides a mi; te regreso todas las cartas que hemos compartido hasta ahora, estas solo me harán daño.

Pensado en ti,

-A.

Cuando termino de leer la carta me ordenó guardar de nuevo en la caja pero parte de mi no quiere. Quiero leer el resto de las cartas. Quiero conocer lo que pueda de su historia.

Ya que estoy segura de que no puedo preguntárselo a Aleksei directamente.

Dejo la caja de lado y decido husmear en otra parte. Abro otra caja para descubrir que está está llena de álbumes de fotos que decidí abrir.

Abro el primero y la primera foto es una familiar, hay cuatro mujeres sentadas en un sofa, las tres rubias y con ojos verdes y azules a excepción de la última que tiene el cabello negro; asumo que la mayor es la madre de Aleksei y las otras tres son tan parecidas que es difícil decir cuál es mayor que otra.

Parados detrás de las chicas, Aleksei junto a quien supongo que es su hermano miran a la cámara, a ambos extremos del sofá están parados un hombre mayor sujetando la mano de la mujer y después su otro hermano está parado junto a las chicas.

También noto que todos son rubios a excepción de Aleksei y el hombre mayor y la chica al extremo contrario del sofá. Y déjenme asegurar que mi bebé tendrá buenos genes; todos en la familia de Aleksei son atractivos y parecen modelos de exhibición.

Me volteo y miro de nuevo la caja antes de suspirar y pasar una mano por mi cabello.

"Joder, como me encantas; mi obra de arte; mi Ariadna."

El recuerdo me golpea como un balde de agua fría, haciéndome recordar cómo mientras seguía dentro de mi después de venirse; Aleksei dejo caer esas palabras en mi oído.

Mierda; ahora tenía más ganas de leer el contenido de esas cartas. Tomo otra carta, que parece ser la última; ya que ni siquiera tienen fecha; me veo obligada a adivinar.

Ariadna;

Creo que no hay necesidad de enumerar mis errores para que tu los reconozcas; y sí; son muchos, sí, te hice daño. Pero no soy más que un hombre; uno que se equivocó y ahora pide disculpas, y sabes que no es algo que yo haga en absoluto.

He dañado a muchas personas; y tú eres a la única con quién me he disculpado; eso debe contar para algo.

Te quiero, preciosa; me entiendes? Te quiero. No puedo solamente olvidarte y seguir con mi vida como si nada pasara.

Ese no soy yo. Yo lo sé, y tú lo sabes. Que es lo que quieres? Que deje todo lo que es mío? A mi familia? No lo haré.

No voy a dejar todo eso tirado. Y si me amaras tanto como aseguras hacer, no me lo pedirías. Esa mierda no es justa.

Yo no abandono, ese no soy yo. No lo haré por nada ni nadie. Ni siquiera por ti. No te rogare que regreses a mi. Ese no soy yo y jamás lo seré.

Aunque tienes razón en algo, no puedes cumplir tus metas si estas muerta. Y algo que no planeo hacer es tener tu sangre en mis manos; esa no va a ser mi cruz.

Si sigues puramente ahogándote en tu vida o problemas, yo ya no seré un salvavidas para ti.

Tendrás que aprender a nadar sola.

-Aleksei.

Vuelvo a leer la carta, la leo; una, dos, incluso más de tres veces mientras un nudo se instala en mi garganta.

Cruzo mis brazos mientras ni siquiera sé como sentirme; no tengo derecho derecho a estar celosa, pero aún así; yo estaba junto a él, y ella en dios sabrá donde y él aún la amaba tanto que pensó en ella estando dentro de mi.

-Que tienes ahí?

Unos enojados y serios ojos azules me miran de brazos cruzados; mientras examina lo que tengo en mis manos.

Las cartas.

Con Un Mafioso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora