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Aleksei

Miro una vez más a Anya, últimamente; a pesar que siempre creí perturbadora la idea de alguien verte dormir, pero yo simplemente no podía evitarlo con Anya, me parecía fascinante simplemente verla, saber que es mía, que mi bebé crece dentro de su cuerpo, que aún sabiendo lo que implicaba estar a mi lado; ella ahí estaba.

Mierda, incluso había dejado de fumar. Así de loco me trae esta mujer.

-Sabes, el verme dormir no debe ser lo primero en tu lista de cosas que hacer, no tienes nada más?- pregunta con voz rasposa, aún con los ojos cerrados.

Sonrió y cuando acercó mi mano a su mejilla, ella la aparta; con una rapidez e instinto increíbles.

Mi acción la hace abrir los ojos de golpe y sobresaltarse. Sus ojos azules me miran y no hago mucho por ocultar mi confusión y mi mano sigue en el aire.

-Perdón- murmura antes de poner su mano sobre su rostro.-joder, cariño; no quise hacerlo, solo son reflejos.

-Por cuánto tiempo?

-Por cuánto tiempo que?

-Por cuánto tiempo te golpeo?

Sus ojos miran abajo, casi con vergüenza. Odio esa expresión en su mirada, como si ella debiera avergonzarse de algo, como si fuera su culpa haber sido abusada por un hijo de puta enfermo.

-2 años- dice, casi en un susurro.-no sé porque me avergüenzo de lo que me pasó. Pero lo hago, Alek. Me da vergüenza, rabia, y saco saber que estuve con alguien así. Saber que fui tan ciega- deja de mirarme y se recuesta para mirar a la pared.-fantaseaba con matarlo, sabes? Podía pasar horas pensando en eso; eso me hace enferma, o mala persona?

Cuando pregunta gira su cara y me mira; una sonrisa se dibuja en mis labios antes de decir, con simpleza.

-No, nena, eso no te hace ni loca ni mala persona. Cuales eran?

-Cuales eran que?

-Las formas en las que planeabas matarlo- respondo y una pequeña y retorcida sonrisa se forma en la cara de Anya.

-Envenenamiento por mercurio- dice, con una sonrisa en el rostro.-esa era mi opción favorita. Muy difícil de encontrar a tiempo, además de ser una muere larga y dolorosa.

>>La segunda era drenar toda su sangre, lo drogaría tanto como pudiera y después, solo necesitaba una pequeña incisión en la yugular y bum, muerto en minutos.

>>La tercera era sobredosis; o ahogarlo, nunca me decidí- suspira antes de cerrar los ojos.- desearía que estuviera muerto.

Oh nena, tus deseos son ordenes.

-Mierda, así que eres una mujer de armas tomar? Debería preocuparme?- preguntó haciéndola reír, ella me mira antes de tomar mi mano.

-No te preocupes, cariño, tú pórtate bien y no pasará nada- me promete y sonrió.

-No me tengo que preocupar- le aseguro.-Anya, nunca podría ponerte un dedo encima, jamás; nunca te levantaría la mano. Bajo ninguna circunstancia. Te lo juro.

Ella aparta su mirada después de asentir rápidamente, mierda, no debí tocar este tema.

-Nunca lastimaría a este cuerpo que tanto adoro- le aseguro y ahora la veo sonreír.

-Lo adoras?

-Como no tienes idea- digo con completa honestidad.

-Que cosas adoras, específicamente?

Con Un Mafioso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora