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Aleksei;

Cierro la puerta detrás de mi y sigo a mi madre hacia el pasillo, ella le da la espalda a la pared y se cruza de brazos antes de mirarme, sin decir nada.

Su silencio hace que yo comience a hablar.

-Que haces aquí? Haz venido a atormentar a Anya? Porque no voy a permitir eso.- le advierto y veo cómo mi madre eleva sus cejas.

-Atormentar? Dios santo Aleksei, no nos hemos visto en casi un año y eso es lo primero que tienes que decirle a tu madre?

-Te he llamado.-le recuerdo y la veo mirar en otra dirección antes de pasar una mano por su cabello rubio perfectamente peinado.

-Deberías agradecer que yo esté aquí en vez de tu padre; el no tiene nada bonito que decir sobre tu mujer, ni de su hermano; por no mencionar la guerra que decidiste tomar como si fuera tuya.

-No la llamaría guerra- opino antes de cruzar mis brazos.-hasta cuando te quedas?

-Hasta que se me de la gana de irme. Estoy en un hotel en el centro de la ciudad, quiero conocer un poco más a esa chica tuya- murmura las últimas palabras y veo cómo cierra con fuerza sus ojos y se apoya contra la pared.

Y en el momento en el que la veo recostarse contra la pared crema es cuando le presto más atención a la mujer que solía ser mi madre.

Está más delgada que la última vez que la vi, también está pálida y veo que nada en ella ha mejorado desde la última vez que fui a Moscú.

-Como están? No he sabido de papá o de Kasimir y Yarik. Katia me envió un email de dos oraciones y Alexandra no hace más que brillar por su ausencia, bueno; desde que empezó a estudiar medicina siempre ha sido así.

-Kasimir está como siempre; haciendo problemas y Yarik quería venir; pero tú padre lo tiene haciendo de todo para La Hermandad. Katia está tonteando con un chico nuevo, y Alexandra solo es Alexandra, vive en otra realidad que la nuestra.

Su voz tiene un hilo de tristeza en ella; como siempre.

Antes de que Anzhela muriera, mi madre era una persona alegre, alguien que no nos dejaba ver películas tristes por el simple echo de que ella no veía el sentido de alguien quiera estar triste voluntariamente, era una persona que hacía que quisieras estar con ella.

Ahora era todo excepto eso.

Ella jamás se había recuperado de la muerte de Anzhela, nunca había sido la misma conmigo después de ella.

Lo veía en sus ojos, me culpaba. Lo supe desde el momento en que vi sus ojos cuando le dije su hija había muerto.

Pero no era capaz de decirlo. Lo entendía, necesitaba culpar a alguien.

Todos siempre necesitaban culpar a alguien cuando cosas malas sucedían.

-Havel Kozlov va a morir en dos días.

Veo a mi madre elevar sus cejas mientras me mira impresionada.

-Y tu mujer ya sabe que vas a matar a su hermano?

-No le he explicado a detalle lo que va a pasar, pero va a entender, sabe que no hay otra opción que mantenga a su hermano vivo, va a saber entender.

-Y si no lo entiende?- los ojos verdes de mi madre conectan con los míos. Tiene una expresión neutra.

-Va a entender, mamá- le aseguro.-confió en Anya; ella no va a fallarme.

-Espero que tengas razón, Aleksei soy tu madre; confío en ti. Pero tus decisiones repercuten en toda nuestra familia; Los Mayores no están felices. Para nada.

Siento la piel en mi cuello colorarse mientras de pronto tengo una necesidad de fumar una cajetilla entera de Malboro Rojo.

-Que dicen Los Mayores?

-No ahora- dice en tono de reproche.-tenemos cosas que hacer, tu padre espera noticias del dinero y Havel; y sobretodo, los nazis.

-Algún nazi en particular?

-Tu sabes que sí- dice en voz baja, hablando en ruso.

-Dile a Los Mayores que eso está a punto de resolverse, ya está todo listo. Solo faltan unos detalles, si todo sale según lo planeado; en cuestión de días ya no va a ser un problema.

-Y si no sale según lo planeado?

Me paralizo momentáneamente ante su pregunta de doble filo, ella no quería que soñara así, pero de todas maneras, así sonó.

Le había dicho lo mismo antes; hace más de cinco años, cuando le prometí traer de regreso a Anzhela viva. Y ella me había preguntado lo mismo.

Pero en ese tiempo yo tampoco creí necesitar un plan B.

Falle, y mi madre nunca lo olvido.

Yo tampoco lo había olvidado.

-Si no sale según lo planeado, madre; lo resolveré.- digo con completa seguridad.

Bueno, en verdad estoy medio mintiendo; no sé qué haré si fallo.

Pero lo resolveré de alguna manera.

Siempre lo hago.

-Tu mujer nos espera, Alek. Me voy a tomar mi tiempo para conocerla; pero aún así quiero que me digas a detalle cuál plan tienes.

Tan pronto termina de hablar, mamá se da media vuelta antes de irse por el pasillo.

Yo solo la sigo, es lo único que puedo hacer.

Se lo debo.

Con Un Mafioso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora