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Anya

10 días.

Llevaba 10 malditos días con la misma rutina.

Desayunaba en el comedor principal con las otras mujeres, pasaba el día con Larisa y con las demás chicas, algunas hablaban de sus carreras, cosa en la que yo estaba más que feliz de participar aportando con mis conocimiento de economía, después de eso; me entretenía con la biblioteca que había en el ala sur de la propiedad.

Lev y su pequeña y adorable hija se fueron en la mañana del segundo día que estuvimos aquí. Sé que Aleksei y el hablaron, y dado que mientras me encontraba afuera jugando con la hija de Lev mientras hablaban, sé que no hubo violencia de algún tipo.

Moría por saber que se dijo en esa conversación pero me rehusaba a preguntar.

Aleksei no hablaba conmigo. Solo llegaba en la noche se desvestía y dormía a mi lado.

Era una maldita tortura verlo y no poder tocarlo.

-Anya- la voz de Larisa me trae de vuelta a la realidad.

-Que?- preguntó.

-Viste eso?

-Que cosa?

-Una mujer acaba de entrar; camina a la oficina de Aleksei- me dice y eso me hace voltear y siento mi piel arder.

Una alta y bien vestida mujer camina con un maletín de cuero en sus manos con la mirada en alto.

No era una prostituta, las había visto ellas nunca entraban por la puerta principal y procuraban mantener un perfil bajo y no se aprecian en el comedor principal con esos humos, casi no se sentía su presencia.

Me pongo de pie, viendo rojo e ignoro la voz de Larisa mientras camino hacia la mujer.

En pocos y apresurados pasos llegó hacia ella y la tomó del brazo con fuerza.

-A donde crees que vas?- pregunto con rabia; cada vez apretando más mi agarre en su brazo.

Los ojos de la mujer viajan a mi cuello primero que a mi cara, ve el collar que traigo puesto y agacha la mirada.

-Soy enviada con información para La Hermandad, de parte de la señora Bertha.- dice en un tono bajo y respetuoso.-lo lamento si la ofendí, Madam. Le ofrezco mis disculpas.

Madam? Que carajo?

-Así son llamadas las mujeres de los líderes de La Hermandad- murmura Larisa a mi lado. Sacándome de mi confusión.

-Hay algún problema?- veo a Anton acercarse de brazos cruzados.-te ha dicho algo?- me pregunta.

-No, yo solo... perdóname. Malinterprete la situación.- me disculpo con la chica y dejo su brazo libre de mi agarre, veo marcas rojas y sé que van a volverse moretones. Suspiro.

-No de preocupe, Madam.-me ofrece una sonrisa y mira a Anton.-soy enviada de la señora Bertha, seguridad me dejó pasar. Mi auto está afuera.

-Bien, sígueme; necesitamos tu información- la mirada de Anton se vuelve sería y nos mira.-espero que esto se solucione rápido, pero no creo que nos vean hoy.

Larisa pone su mano en la mejilla de Anton y le sonríe.

-Me puedo entretener sola.

Anton sonríe hacia ella y le guiña un ojo.

-Conmigo la pasas mejor. Nos vemos, Anya.

Dicho esto, se retira con la chica siguiéndolo y miro a Larisa.

Con Un Mafioso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora