My Little Birdie.

10: ¿Qué es esto?

           La presentación que tendría en Good Night America era en una hora. Bob estaba muy alterado, se acababa de enterar que despedí a Camile. Le he dicho que ella no era buena asistente, entonces me conseguí otra. De igual forma me regañó como si yo fuera su hijo.

A veces lo odio un poco más que siempre.

Ninguno de los chicos pudo acompañarme esta noche. Mucho menos Zayn, que ha tenido la resaca del año por la fiesta. Luego de llegar a su casa, Liam me contó que Malik no dejaba de hablar sobre pulgares y Camile, al parecer aún no la supera del todo.

Entonces me encuentro solo en mi enorme casa preguntándome porque demonios no tengo mi traje para la presentación en mis manos en este jodido momento.

Oh, sí, porque tengo la peor asistente del mundo. Bueno, esta vez yo me lo he buscado. Quizás la despida ahora mismo... pero antes necesito mi traje.

Con los pies perezos busco mi teléfono entre las almohadas del sofá, cuando lo tengo busco «FUTURA SOLTERONA» entre mis contactos, cuando veo el número de ______, sonrío y me llevo el celular al oído derecho. Observo la hora en mi reloj de muñeca.

Aún tengo cuarenta minutos antes de la presentación.

Luego del cuarto tono ella contesta — ¿Qué? —suena algo agitada, incluso puedo imaginar su rostro malhumorado.

—Ya hablamos de esto —le digo, sólo para que ella se moleste—. Es: «Hola ¿quién habla?»

— ¿Qué quieres, Niall?

—También hablamos de eso.

Mí sonrisa se amplia un poco cuando la escucho decir:— ¿Qué necesita Sr. Horan?

Le cuento sobre mi traje y por alguna razón se ríe — ¿Y eso a mí me interesa por qué...?

—Porque tú eres la encargada de ir a retirar mi traje —Intento tener paciencia, porque si ella sigue así no le gustara ver mi lado no tan amigable. Se podría decir que actúo como una perra, y ella no quiere verme siendo una completa perra.

— ¡Ni siquiera lo pienses! —chilla, y luego dice cosas que no me importan y en mi cabeza suenan algo así: bla, bla, bla...

—No tengo todo el tiempo del mundo, mi presentación es en cuarenta minutos... te quiero con mi traje en veinte.

— ¡Esto es explotación! —exclama.

—Es trabajo.

Luego de decir eso cuelgo. Le envío la dirección y luego dejo mi teléfono entre las almohadas del sillón. Já, realmente no es un trabajo. Ni muerto voy a pagarle.  Decido que es hora de bañarme y me encamino escaleras arriba, pero entonces me encuentro con Bill en medio de mi camino. Hablo de Bill, la cabra. Zayn prometió devolverla, pero con lo hijo de perra que es probablemente se olvidó de ella. Me hago una nota mental de Bill y comienzo mi camino hacía el baño de arriba.

No tardo mucho en tomarme una buena ducha, salgo del baño con la toalla envuelta alrededor de mis caderas. Me acerco a mi cama, buscando la ropa interior que dejé antes de entrar al baño. Frunzo el ceño al no encontrarlo. Mis ojos escanean por todas partes hasta que veo a Bill, es como si también me estuviera viendo.

—Suelta mi ropa interior —exclamo, señalandolo con mi dedo índice. Sigue masticando el calzoncillo como si se tratara de comida—. Ya, sueltalo cabra mala.

Já, ¿cómo carajos esa cabra va a entender lo que le digo? Si fuera otra ropa interior no iba importarme. Pero Bill está masticando mi ropa interior de la suerte... Sí, tengo una ropa interior de la suerte.