My Little Birdie.

3: Acosadoras malhumoradas.

3.

«Acosadoras malhumoradas »

Las noticias pasan terriblemente rápido en la industria de Hollywood y en Los Angeles.

Hoy, al levantarme tranquilamente de mi cama, y revisar mis correos electrónicos.

¡Bum! Mi nombre se encontraba en una exclusiva del diario principal de L.A. Mi reacción fue coger una pistola y tratar de suicidarme.

Bueno, no.

Lo haría, pero... No tengo una pistola, y ni quiero suicidarme. Así que, solo me límite a crear una mueca de disgusto en mi rostro.

La noticia transcurria algo así: Fans locas entran a camerín de Niall Horan para verlo como Dios lo trajo al mundo.

Vale, era mas o menos así. Y lo que me puso furioso es que hablaba sobre la chica psicopata de la cafetería.

La llamaría así, ya que, no sabía su nombre. De todos modos no quería saber nada de ella ni de la otra niña rubia loca ¿Qué les pasa a todo el mundo? Nadie puede entrar a un baño como un pedofilo y ver a las personas desnudas.

Lo siguiente que me molestó fue que lo primero que me preguntaría mi novia sería: ¡¿Ellas te vieron desnudo?! Y luego ¿Me estás engañando, Niall Horan?

Y vaya obra de Dios, luego de eso el teléfono suena. Tiffany, mi novia, chilla en la línea como si alguien la estuviera violando. A veces me pregunto si sus padres la soportan.

— ¡¿Ellas te vieron desnudo?! —Exclama, me imagino su cara de color rojo por la furia y su cabello elevándose en el aire como en los dibujos. No puedo evitar reírme.

— ¿Qué es tan gracioso, Niall? —Al no responder toma sus propias conclusiones, como siempre—. Estás engañándome ¿verdad?

Frunzo el ceño, y dejo de imaginar que su cabello está prendiendo fuego.

—Por supuesto que no —Le digo, con los dientes apretados—. ¿Qué piensas?

—Di que me amas —Cada vez que Tiffany se levanta con su autoestima baja, hace que yo la suba hasta las cielos acompañado con su ego —Niall, dilo. Ahora.

Chasqueo la lengua de mala gana, e imagino que le estoy hablando a Megan Fox —Te amo.

— ¿Mucho? —Pregunta Megan... mm... Tiffany con un tono de timbre ilusionado.

—Mucho — «Imagina a Megan, imagina a una hamburguesa, imagina a la televisión» —Te quiero mucho, hamburguesa.

— ¿Qué?

—Tiffany —rio un poco —. Te amo ¿vale?

Ella se calla unos instantes y luego puedo escuchar como suspira.

—Eres tan lindo.

Y su «Yo también te quiero» jamás llega. Nunca me dice que me quiere devuelta, al principio me dolía un poco, ahora ya no sé que me duele o no.

—Oí que tienes ensayo general hoy a la tarde en el centro comercial ¿podría ir?

—Sabes que no tendré tiempo para estar contigo.

—Quiero ir —susurra como una cría de cinco años —. Por favor, osito.

Ugh ¿Por qué tiene que llamarme así? ¿No ve que no soy un jodido oso?

—Tiffany, no quiero pelear.

—Yo tampoco, sólo llevame y punto. Luego de eso podemos ir a patinar.