16: Azúcar.

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               Louis rebusca entre los papeles, frunciendo el ceño a modo de concentración. Me acerco a él mientras llevo a mi boca un pedazo de pollo y mastico. Louis levanta la mirada, asqueado.

—Tú... dios, ¿son las nueve de la mañana y comes eso?

—Déjame ser feliz.

Rueda sus ojos y sigue con sus papeles, chasquea la lengua un par de veces.

— ¿Qué buscas? Si es tu revista de  Playboy... Zayn la tenía ayer.

—Ugh, no, son algunos papeles para mi nuevo trabajo.

— ¿Desde cuándo tú trabajas?

—Qué gracioso —hay sarcasmo en su voz cuando lo dice—. Probé con lo de ser pintor pero todos hirieron mis sentimientos...

—Realmente parecía una vaca.

— ¡Era el puto puente de Londres! —grita, fuera de sí. Luego se relaja, suspirando—. Era el puente de Londres...

Levanto mi mano, dándole palmaditas en su espalda—. Lo sé, Lou, lo sé. 

Niega la cabeza.

—De todas formas, ahora seré psicólogo. 

Me atraganto con la comida en la garganta, llevo la mano a mi pecho, tosiendo y riendo, riendo muy fuerte, lágrimas en mis ojos.

— ¡Eres ta-tan gracioso, Louis! —Parece ofendido por mi comentario y detengo mi risa bruscamente—. Oh ¿lo decías de verdad?

Me observa con recelo en sus ojos —Sí. Ahora siéntate allí —señala el pequeño sillón—. Tendrás la suerte de ser mi primer cliente.

Hago una mueca, masticando otro pedazo de pollo, luego trago, dudoso.

— ¿Que no te había dicho que eres malo escuchando a la gente?

— ¡Yo te escucho! —exclama, abrumado—. Ahora cierra la boca y habla sólo cuando yo lo diga.

Sí. Louis será un gran psicólogo.

—Muy bien —se aclara la garganta al momento que tomo asiento, comiendo lo último de mi pata de pollo—. Empecemos...

—Okay —digo.

—Okay...

—Okay —repito.

—Okay.

—Okay...  —dice.

—Okay.

— ¿Se supone que somos parte de Bajo la misma estrella o algo?

—Okay.

—Niall...

— ¿Sí?

—Dices eso otra vez y te golpeo.

—Okay, dejo eso, dejo eso...

—Muy bien —repite, encuadrando sus hombros y colocándose unos anteojos.

— ¿Y eso?

—Me hace ver profesional.

—Oh, okay.

—Niall  —exclama, enojado.

—Lo siento, es inevitable. Tú sólo haz lo que tengas que hacer.

Ordena sus papeles, volviendo a carraspear su garganta un momento.

—Bueno, primero lo primero ¿Cómo te has estado sintiendo? —con lápiz y papel, espera mi respuesta.

My Little Birdie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora