IV

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Una semana después...

-¿ya esta todo el informe?...- le pregunté a Pedro entrando a su oficina -recuerda que mañana llega Drouet-.

-si, si, si...- seguía hipnotizado en la computadora -después lo envío-.

-¿que miras tanto?- cerré la puerta detrás de mi y me acerqué a su computador.

-uuuuufff...- se hizo para atras -que rica mamacita-.

-¿que hablas?-.

Estaba viendo una foto de Valentina en Instagram.

¿Como carajo la encontró? Yo no he podido hacerlo desde hace mucho.

Era Valentina y Mercedes en traje de baño, en una playa de Cancun. Fue el año pasado.

-es una diosa...- le dio un beso al monitor, justo a la altura de los pechos -por ti amorcito, sería tu perro guardian-.

-oye, no digas eso- reclame.

-¿que? ¿Por que? Desde que las vimos dijiste que no las conocías- se volteo a reclamar.

-es Mercedes Luna...-.

-¿y? Ya vi su nombre en el Instagram- levantó un hombro.

-Mercedes...- seguía sin entender -la mujer de la que te relate que conocí en una quinceañera. La de Valentina, la que estas viendo-.

-mmm- pensaba.

-la que te conte que me gustaba...-.

-mmm...- arqueo una ceja.

-la que es dos años mayor a mi-.

-nooooo...- al fin recordó -¿ella es la gordita?... Gracias Dios... que bendición tan divina que existan las cirugías y los gimnasios. Que hermosa que está. Como para ponerse entre sus pechos y hacerle... burururururu-.

-en serio... - golpee su hombro -basta-.

-a ver...- señaló la silla frente a su escritorio y me senté en ella para poder conversar -se supone que tu eres el hombre mas enamorado sobre la faz de la tierra, que ama a su novia y pronto le propondrás matrimonio ¿no se supone que ya la superaste? Explícate porque yo no entiendo esto-.

-ni yo se- me cubrí la cara con ambas manos y estirándome hacia atrás.

-uuuhhh! Hermano, tu estas fregado. Realmente estas mal. Hoy le propondrás matrimonio ¿si o no?-.

Bajé mis manos y regresé a verlo.

-no lo se-.

-explícate-.

-jamás saque a Mercedes de mi cabeza. Esa es la realidad-.

-oye...- se levanto a servir un par de vasos de whisky que estaban detrás de el -escucha, nadie saca de su cabeza a su primer amor. Yo me casé con mi esposa porque, muy a parte de que salió embarazada, ella me daba bienestar. Yo estoy tranquilo con ella porque llego a casa y hay una casa limpia, hijos obedientes, comida caliente sobre la mesa y ropa limpia. Yo solo debo estar al día con el pago de las tarjetas y llenar el tanque de gasolina de los autos. Eso es todo. Aún recuerdo al amor de mi vida...-.

La Chica del MustangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora