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12 años atrás...

-que guapo hijo...- me dijo mamá dandome un beso en la mejilla -estas encantador-.

-tú también mamá...- sonreí -y sorprendentemente a tiempo-.

-bobo...- apretó mis cachetes -siempre llego a tiempo-.

-¿en que universo pasa eso?- pregunte con sarcasmo.

-no comiences...- me señaló -puede que llegue unos cinco, seis...-.

-treinta o cuarenta minutos tarde- rei.

-No discutiré...- acomodaba mi traje y mi corbata -hoy es el cumpleaños de Valentina y prometi que ambos la pasaríamos bien. Y es lo que va a pasar-.

-esta bien mamá-.

Le di un beso en la mejilla para luego ofrecerle mi brazo y salir de casa camino a la fiesta de quince años de Valentina.

Era tedioso tener que ir en corbata, siempre me ha molestado esa idea pero era solo para complacer a mi mejor amiga. Aunque tengamos dos años de diferencia, siendo ella la mayor, nos hemos llevado tan bien y sin necesidad de decir... "no entenderías por mi edad". Muchas veces olvidamos ese detalle.

Lo que nos hace iguales es que ella y yo hablamos mucho, creo que necesitamos a alguien que pueda escucharnos o detenernos cuando es demasiada palabrería. Si por nosotros fuera, habláramos todo el dia y sin parar. Como pasaba en los campamentos de Verano a los cuales ibamos. Pasabamos noches enteras hablando de lo bien que sería vivir en otro lado, o hacer un experimento, o una broma, o del universo, o de la conspiración terrenal... de todo. Nunca nos quedábamos sin algo de que conversar.

Llegamos a su casa que es a dos casas de la mía y mamá se encontró enseguida con sus amigas. Le sugerí que vaya y que yo vería que hacer. Ella merece mas esta salida que yo, acababa de pasar por el peor divorcio de la historia.

-si viniste- escuchó que gritó Valentina a una chica que se bajaba de un Mustang Clasico negro.

Me quedé paralizado.

Que mujer mas hermosa que habia visto en mi vida. El cabello tan largo, esas curvas tan marcadas, ese rostro tan iluminado. Mejillas delgadas y pómulos sobresalidos, nariz algo repingada y que pechos... son tan... y que trasero... es taaan... por Dios, que mujer tan buena.

Mi corazón no paraba de palpitar.

Sus labios...

Su pestañas...

Sus ojos negros...

-¿que hay Andrei?- dijo alguien detras de mi golpeando mi hombro.

-¿que?...- desperté de mi letargo para mirar a mi derecha -¿Marcus? ¿Que haces aqui?-.

Era Marcus, amigo del campamento que vivía en nuestra misma ciudadela y ex de Valentina. Pensé que no lo había invitado.

-ya vez...- sonrió -se arrepintió de dejarme. Por cierto, viste esa chica... uuufff... que rica que esta-.

-sales con Valentina y dices esas cosas ¿estas demente?- regañe.

Yo la vi primero. Reclame en mi cabeza.

-solo comentaba...- sonrió de lado y regresamos a verlas mientras subian las escaleras -apuesto que no sube rápido para no hacerlas temblar-.

Hacía referencia a sus pechos. El auto Mustang se alejaba poco a poco y un señor con tatuajes en los brazos, robusto y barba larga, iba conduciendo. Parecía de esos comerciales de hombres rudos. Ya quisiera ser como el. Quizas es padre soltero.

La Chica del MustangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora