IX

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Al día siguiente...

-el cemento esta completo...- me dijo uno de los albañiles -ya estamos enluciendo y terminada la obra-.

-listo...- afirmé -confírmale a los obreros de la parte muerta del edificio para la siguiente semana, no quiero que la pintura se pierda en el cemento y nos cueste más-.

-ok jefe- afirmó y se fue a continuar con sus funciones.

-sería un placer...- reía el arquitecto aun en el teléfono mientras yo admiraba el resto del edificio en Zamborondón.

Quedó bien para que funcione un hospital, es anti sismos, grande, y...

Mierda ¿a quien engaño? Aun sigo pensando en Mercedes.

Suspiré acomodando mi casco. Tengo que sacármela de la cabeza. Ayer por error le dije a Sofia, Mercedes. No me escuchó bien, por suerte.

También tengo que ser realista, ella fue la primera mujer que me gustó y muy a pesar del perjuicio de que era pobre, que pesaba mucho, incluso para mamá, ella fue eso... la que me hacía latir tan fuerte mi corazón, me quitaba la respiración, la que me hacía soñar despierto... recuerdo que un día incluso inventaba los nombres de nuestros hijos. Uno se llamaría Isaac y el otro Jacob, tendríamos dos niñas hermosas que se llamarían una como su madre Mercedes y la menor como mi madre Raquel. Ella estaría embarazada de nuestro quinto hijo, desesperada de que todo en casa este limpio como es ella, limpiando, ordenando y que todo quede bien.

Viviríamos en la casa que dejó mi madre, llenando los diez cuartos con hijos, haciendo fiestas infantiles, reuniones familiares, apresurándonos por algún evento de su escuela, trabajando los dos juntos en una empresa que ambos abriríamos... ¡un perro!... también tendríamos un perro...

-disculpe ingeniero...- tocaron mi hombro y me despertaron de mi loco sueño -era una llamada de negocios-.

Era el arquitecto encargado de la obra y afirmé mientras volteaba a verlo.

-si, no se preocupe-.

-la escuela de arquitectos tendrá una reunión urgente...-.

-vaya no me diga- me crucé de brazos.

-si, es algo que le importará a la empresa. Creo que debo ir. Es mañana en la mañana. Usted también debería ir-.

-¿como así?- me sorprendió.

-no se si la conozca, es recién graduada pero ha tomado gran importancia en la escuela. Se llama...-.

-no me diga, Mercedes Luna- arquee una ceja.

-mmm, pues no...- se sorprendió por haberle dicho ese nombre -ella no pertenece a la escuela de arquitectos-.

-¿no pertenece?-.

-no, claro que no. Se la ha invitado varias veces, incluso yo he ido a darle la invitación pero la ha rechazado porque dice que le quita tiempo las reuniones-.

-que arrogante- negué con la cabeza.

-si, un poco. Pero en parte tiene razón, muchas veces estas reuniones quitan algo de tiempo-.

-bueno, si no es ella... ¿quien es?- me sorprendió a mi mas saber que no era ella.

-se llama Angela Ricaurte, ella se graduó en la universidad pública. Ha llegado a la escuela a proponer una forma de construcción rápida, se llama construcción Lego. Supongo que es para casas. Quizas le interese saber, tengo entendido que estan buscando una nueva técnica o estructura, esa exposición puede que sirva a la empresa y se compre su idea-.

La Chica del MustangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora