La Chica del Mustang

II

Actualidad...

-es hermosa ¿no lo crees?- dijo Sofia a mi lado.

Veíamos una pintura de un artista desconocido, en unos de los museos de arte de la ciudad. Era una exposición dedicada a las fiestas Julianas.

Esta pintura me llamaba la atención. Tenía el estilo de cubismo representando el cerro Santa Ana de la ciudad y su faro sobre ella. Las Peñas se veía hermoso y las pinceladas llamaban mi atención. Las he visto antes.

Pero ¿donde?

Esa es la pregunta mas grande del momento.

-esta es la que quiero comprar- seguía hablando pero no le prestaba atención.

Busco algo en ese cuadro pero no se que es. Busco una pista. Busco un nombre... mejor busco un rostro porque el nombre esta debajo del marco.

-esta pintura refleja...-.

-¿quien la pintó?- le pregunté interrumpiéndola.

-mmm...- miraba el cuadro con atención -no lo sé-.

Buscaba la descripción del autor pero solo decía el precio del comienzo de la subasta que me parecía muy económico. Esta pintura cubre casi media pared y la subasta empieza en cuarenta dólares.

-este costo es un chiste- reclame.

-¿chiste?...- rió alguien a lado mío -no sabes el costo real de ese cuadro-.

Era un hombre mayor, con traje elegante y de marca, con aire de ser homosexual.

-¿por que lo dice?- regrese a verlo.

-esa pintora pone esos precios porque al final terminan costando miles. Su mayor record es de cincuenta mil dólares- afirmó el tipo levantando su barbilla.

-¿que?- me asombré.

-fue una replica exacta de la MonaLisa. Ni una pincelada más y ni una menos. Una hermosa obra de arte-.

Abri los ojos muy asombrado de lo que contaba el hombre.

-¿quién es la pintora?- pregunté por ella.

-la bellísima arquitecta...- recalcó el hombre -es la que está allá-.

Señalo a su derecha y regresé a verla.

No puede ser.

Mi corazón se aceleró al verla de nuevo.

Ese cabello largo ahora con ondas que caían hasta su espalda baja, su cuerpo ahora mucho mas delgado pero aun con curvas, piel blanca, ojos negros e iluminados, esa nariz... esa sonrisa... esa postura... mi Mercedes.

Estaba maquillada, usando un vestido rojo entallado a su fino cuerpo, se la notaba alta y tenía zapatos de color dorado. Algunas personas conversaban a su alrededor y la hacían reír. Tenía celos de ellos pero al mismo tiempo agradecía por poder verla así de feliz. Mejor que la ultima vez.

De fondo sonaba una canción muy romántica.

Ella me miró... yo la miré y sonreí... le tomó microsegundos en reconocerme y sonrió. Levanté mi copa hacia ella... bajo su cabeza y pidió disculpas a los demás para venir hacia mí... caminé hacia ella y no dejábamos de vernos a los ojos. Esta hermosa. Muy hermosa.

-Mercedes...- dije primero y le di un beso en la mejilla.

Su perfume era dulce y agradable.

-Hola Andrei- respondió y su voz era muy suave y algo apagada.