El no era inmortal.
No creó horocruxes; ni siquiera era mago. Pero, sin ser mago, hizo magia.
Hizo magia en mi corazón congelado que de a poquito aprendió a amarlo a él. Por él. Con él.
Él no era inmortal.
Pero vivió en mi cabeza todos los días, a cada hora.
Él no era inmortal.
No habrá salido de un libro pero conmigo creó su propia historia.
No fue de hadas, no fue feliz.
Fue real.
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Cómo mirar atrás y revivir en el intento
PoetryLa escritura del disfrute y no del deber. Todos mis poemas están en crudo. Porque me gusta el arte de lo puro del momento, de decir cómo y cuándo lo siento.