Estoy frustrada.
Estoy cansada.
Lloro porque es lo que me sale.
Es lo que me explota.
Como si los pedacitos que me quedan dentro se derritieran y empujaran por salir.
En estos momentos es cuando todo lo que venía bien choca y colapsa.
Me siento mal.
Como mal.
Duermo mal.
Vivo mal.
Y no tengo ganas de nada.
Quiero dormir por mil años porque dormir es estar un poquito inconsciente.
Dormir es dejar de pensar.
Dormir es salir de uno, salir de mis problemas, salir de lo que me traba y desaparecer.
Y así con esta frustración es que escribo.
Porque por alguna razón, no me sale escribir de las cosas que me hacen bien.
Porque para la dulzura no sirvo.
Mis escritos se basan en mentiras que destrozan y verdades que rompen el corazón.
Porque lo tengo abierto de par en par.
Para vos.
Para todos.
Y los curiosos vienen a tocar y demoler, porque está ahí, para ser descubierto.
Lo ponen en peligro y se marchita.
Porque no lo descubren para quedarse a cuidarlo.
Lo descubren para pincharlo, pegarle, cortarlo.
Y así es como mis pedacitos salen, salados, mojados, de adentro.
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Cómo mirar atrás y revivir en el intento
PoesiaLa escritura del disfrute y no del deber. Todos mis poemas están en crudo. Porque me gusta el arte de lo puro del momento, de decir cómo y cuándo lo siento.