Las lágrimas salen de mi
Sin pedir perdón ni permiso.
Sin precaución ni aviso.
Así sin más se desparraman y hacen desastres en el lienzo de mi piel.
Están tan encerradas en lo profundo,
que ante cualquier oportunidad escapan.
Cuando se abren las puertas del enojo,
De la impotencia,
De la tristeza.
Y su agua salada me lava
Y se olvida
Que no hay que llorar.
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Cómo mirar atrás y revivir en el intento
PoesiaLa escritura del disfrute y no del deber. Todos mis poemas están en crudo. Porque me gusta el arte de lo puro del momento, de decir cómo y cuándo lo siento.