Reflexión N34

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Esos nervios que tenés escritos con indeleble por todas partes.
Que se ven a kilómetros de distancia.
Esas manos que bailan temblando epilépticas.
Y las palabras que no podés articular porque n-n-n-no salen de tu boca.

Y así ese cuadro de shock que no te deja funcionar.
Porque te aprieta hasta que no quede más Cami para ver.

Y despacito vas recordando que está todo en tu cabeza.
Una mente llena de cicatrices y episodios como este.
Algunos que no terminan nunca y el flujo constante de adrenalina está ahi siempre.

Lo escondés.

Obvio.

Guardando las manos en los bolsillos y cociendo tu boca.

Pero algun dia, querida.
Esa boca va a estallar en alaridos.
Y tus manos van a convulsionar tan fuerte,
que se van a dar cuenta
de todos los pedidos de auxilio
que nadie supo escuchar.

Cómo mirar atrás y revivir en el intentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora