Y se van.
Y me voy.
Y todo se desvanece
Y veo la vida a través de vidrios empañados.
Una miopía que no se cura con aumento.
Estoy sola, en mi cuarto, la puerta cerrada y no se abre.
No puedo salir,
No pueden entrar,
Las sábanas de mi cama me toman prisionera y me envuelven.
No respiro.
El único aire que queda es mi propia exhalación que llena mis pulmones de veneno.
Porque sólo yo quedo.
Y no hay respiraciones ajenas que renueven mi aliento.
Este círculo vicioso de soledad llega a su máximo esplendor.
Llena mi garganta de lágrimas de impotencia.
Ese nudo que no me deja tragar,
Que no me deja digerir ni mis propios pensamientos.
Entonces se acumulan en mi cabeza y no dejan espacio a curas,
A curas para esta enfermedad que me lleva a la muerte.
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Cómo mirar atrás y revivir en el intento
PuisiLa escritura del disfrute y no del deber. Todos mis poemas están en crudo. Porque me gusta el arte de lo puro del momento, de decir cómo y cuándo lo siento.