Capítulo 1

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El inicio

 

Estoy escuchando música a todo lo que da en mi departamento y mientras me muevo al ritmo de la canción de Galantis – Peanut butter jelly, salto moviendo la cabeza. Siento que golpean la puerta en el momento justo en el que la canción termina e inicia la otra y no le doy importancia, ya que seguramente se trata de mi vecino que siempre se queja de todo. Lo ignoro y sigo moviéndome por todo el lugar. Hasta que suena la quinta canción y cansada de tanto bailar, decido que es tiempo de parar. Entonces, bajando el volumen de la radio, me dirijo a la heladera, agarro una botella de cerveza y al ir al sofá con intenciones de tirarme en él, veo un sobre de papel blanco debajo de la puerta. Lo levanto para ver de qué va y solo leo mi nombre en el: Agatha.

Lo abro y al fijarme su contenido me doy cuenta de que se trata de una carta de mi abuela, entonces comienzo a leerla.

Esta es la flor más bella que ha existido y fue escogida de un jardín lleno de flores.

Tiene espinas que te impiden tomarla aún en su momento más vulnerable.

Porque son sus escudos de protección.

Pero si sabes tomarla sin pincharte en el intento, es lo que te hará especial.

Porque eso quiere decir que te ha escogido.

Es tan especial, que una vez te elija nada ni nadie podrá alejarla de tu lado.

Porque a partir de ese instante, serás el único ser que habita en el mundo que la podrá poseer.

No importa el sol o la tormenta, la luz u oscuridad. Nada importa.

Porque ésta flor tan especial y mágica que te ofrezco, en ningún sitio encontrarás.

Pero debo advertirte que es algo que nunca deberás revelar, sin importar quién quiera saber.

Nunca… nunca debes hablar de ella y mucho menos descuidarla. No lo debes olvidar jamás.

Porque si se marchita o la descuidas, una maldición caerá sobre ti y el desamor ocupará tu alma y corazón hasta que aparezca un ser que con sólo tocarla pueda revivirla.

Te la obsequio porque mi hora ha llegado y debo marcharme para reencontrarme con mi amado.

Y te la dejo a ti, mi bella niña, la luz de mis ojos y eterno resplandor.

Debido a que es tú momento de conocer al dueño de tu corazón y de tu alma. Y que seas feliz hasta que llegue tu hora de partir, al igual que a mí.


Ni bien termino de leer el papel, lo hago un bollo y no puedo evitar fruncir el ceño, molesta. ¿Qué estupidez es esto? Definitivamente mi abuela había perdido sus últimos hilos de lucidez antes de morir. Casi me rio con la idea que se me formo en la mente, pero es que es absurdo, ¿quién hoy en día pensaría que las maldiciones o “amor verdad” existe? Según mi experiencia, que no era mucha, pero la tenía, eso no existe. Los hombres solo quieren una noche de sexo salvaje y después si te veo, no me acuerdo.

Reviso a ver si hay algo más dentro del sobre y descubro que hay otro papel. Cuando me dispongo a leer nuevamente, mi celular suena. Dejo el sobre junto con el poema arriba de la heladera y agarro el teléfono, veo que llegó un mensaje de Víctor, mi amigo de toda la vida.

“Cariñin, ¿cómo está, mi querida amiga?”

“Jaja, hola, cariñin, bien y ¿Tú?”

“Aquí, esperando a mi amiga bella para ir a la fiesta que ¡espera por nosotros! ;)”.

“¡Genial! ¿A qué hora pasas por mí?”

¡Maldito amor!  historias de amor y madiciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora