El desenlace.
Quiero abrir mis ojos, pero por la intensidad de la luz del lugar en la que estoy, no me permite hacerlo. Tras varios intentos por fin lo logro, pero están fuerte el resplandor que los cierro de nuevo. Trato de hablar, pero tengo la boca tan seca que las palabras no salen.
En ese instante siento que me agarran de la mano.
—Agui —suelta un gran suspiro de alivio—. Por fin despiertas, pensé que te perdía. —Esto último lo dice con voz contenida, como si quisiera llorar. No entiendo nada.
Vuelvo a abrir los ojos, esta vez de a poco hasta que me acostumbro a la luz. Y lo veo, está muy mal con los ojos hinchados. ¿Qué es lo que está pasando?
— ¿Qué sucede Vic? ¿Dónde estoy? —digo con voz ronca por la sequedad de mi boca. — ¿Me podrías dar un poco de agua?
Ni bien lo digo se apresura a servirme en un vaso. Es entonces, que me doy cuenta dónde me encuentro y me alarmo un poco.
— ¿Por qué estamos aquí, Vic?
—Tómate el agua y te explico, ¿sí? —Dice con la angustia reflejada en su rostro y voz. Asiento y hago lo que me dice.
Al terminar, lo miro esperando que me cuente lo que pasó, pero el solo me observa como si fuese a desaparecer en cualquier momento y me asusta un poco su actitud ¿Qué habre hecho para que esté tan mal?
— ¿Me dirás que es lo que pasa? ¿Por qué estoy en un hospital?
—No sabemos, Agui —me dice angustiado—. Te encontré en tu departamento inconsciente y te traje aquí inmediatamente. Los médicos no saben que fue lo que te sucedió, ya que los análisis que te practicaron salieron bien. Sin embargo, casi entraste en coma, si hubiese tardado un día más en ir a verte, quizás no la contabas. Me siento tan culpable.
Lo miro bien y no puedo creer lo que me está diciendo. Me pongo a pensar, pero me sentía bien hasta que… bueno pasó lo que pasó. Me quedé dormida y… por más que intentó recordar no sé que fue lo que sucedió después.
Trato de levantarme, pero una puntada intensa en la boca del estómago me impide hacerlo. Entonces, me quedo quieta sin moverme y no sé por qué, pero es como si algo me impulsara a mirar mi brazo donde tengo el tatuaje y no puedo explicar la sensación tan extraña que recorre todo mi cuerpo ni bien lo hago. Es como si al verlo, encontrara la respuesta a la pregunta que ni siquiera formulé, pero que siento debería hacerla. No entiendo que es lo que está ocurriendo, pero desde que tengo este maldito tatuaje las cosas se pusieron un poco raras.
Lo observo detenidamente y ahora esta gris, perdió todo su color, ya no es rojo como al principio y me está empezando a asustar. ¿Será que realmente es el tatuaje el culpable de lo que me sucede? Aunque lo único que cambio fue el color y nada más. El dibujo en si se mantiene intacto.
—Oye Vic, ¿sabes que le paso a mi tatuaje? ¿Por qué se puso gris? —le pregunto un poco alarmada, pero tratando de mantenerme serena por fuera.
— ¿Qué sucede con el? —pregunta sin entender a donde quiero llegar con eso.
—Míralo Vic, esta gris. —Extiendo mi brazo para que lo vea—. Ya no es roja con tallos verdes, sino completamente gris. No es algo normal o ¿Sí?
Hace lo que le digo y lo observa de manera detenida, comprobando así, que estoy en lo cierto. Luego me mira a mí con una ceja elevada en forma interrogativa como si yo tuviera la respuesta y no es así.
—Deja de mirarme así que yo tampoco sé que es lo que está sucediendo. ¿Ok?
—Esto es muy raro Agui, deberíamos buscar a un tatuador a ver si nos puede decir algo al respecto y si es posible que un tatuaje se vuelva gris de repente.
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¡Maldito amor! historias de amor y madiciones.
General FictionUn amor inadecuado Una amor intrépido Un amor encantado Un amor trágico Un amor mágico Un amor épico Si crees que tu vida es difícil, espera conocer el maldito amor. Qué es el amor, sino la incondicional pasión de dos seres, la inmortalidad de dos...