Neil descubre su dulce favorito

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Correr siempre le da una sensación de liberación a Neil. El estirón y contracción de los músculos, la respiración controlada, el rápido latir del corazón, el aire rozando su piel, el sudor cayendo por su espalda y el fuego en sus piernas. Al correr, Neil puede olvidarse de todo lo que le rodea y desaparecer. Deja de ser una pila de músculos y huesos, deja de ser Neil, o Steven, o Abram. Deja de ser Nathaniel. Se convierte en el aire que enfría su piel, en los rayos del amanecer que ciegan sus ojos, en las estrellas que poco a poco van desapareciendo.

Regresando a los dormitorios de la Universidad de Palmetto, Neil disminuye la velocidad paulatinamente para hacer una parada rápida en la panadería. Inmediatamente, al ingresar le recibe la olorosa fragancia de pan recién horneado. Mary, la dueña, envía una brillante sonrisa en su dirección. Neil limpia su sudor con la manga de su suéter y empieza a revisar las vitrinas llenas de los más dulces manjares. Por un lado, una explosión de chocolate con galleta, pasteles con decoración multicolor, tortas de todos los tamaños, colores y sabores. Para cualquier persona dulcera sería un paraíso.

Neil puede pensar en una persona en específico que dejaría vacía esa panadería. El pensamiento hace que aparezca una sonrisa en sus labios. Afortunadamente, Neil no es una persona dulcera, así que puede confiar en todos sus sentidos para comprar el postre más dulce en la panadería. Todas las opciones parecen provocar diabetes, sin embargo, hay un postre que llamó su atención desde el principio. Es un pastel de chocolate negro con crema de chocolate blanco en el interior. Trozos de chocolate adornan la superficie y su presentación se ve tan azucarada que Neil tiene que virar la mirada.

La panadería se encuentra con unos pocos clientes que vienen a comprar pan fresco. No mucho tiempo después, Neil pide el postre para llevar. "¿Hoy es día de chocolate?" pregunta Mary. "Siempre es día de chocolate" dice Neil con una sonrisa. Neil es un cliente habitual de esa panadería. Salir con alguien que adore el dulce ha hecho que Neil aprenda sobre postres más de lo que quisiera admitir. Con una última agradable sonrisa, Neil se despide y emprende su camino de regreso.

Con paso sigiloso, Neil entra a su cuarto, el cual comparte con Andrew y Kevin. El postre recién comprado se encuentra medio escondido entre sus brazos porque el día anterior Kevin le vio cargando un postre y no paró de hablarle al respecto durante todo el día. Algo sobre Andrew y su salud. No quiere decir que Neil no pueda hacerle callar, pero no se encuentra de humor para pelear con Kevin tan temprano.

Al ingresar a su habitación, Andrew se encuentra en el mismo lugar que en la mañana. Neil nota que está despierto, a pesar de sus ojos cerrados. Sus labios están firmemente cerrados, pero cuando duerme suelen estar entreabiertos. Neil sonríe, los postres matutinos se están haciendo un hábito para Andrew. Neil finge no notar la atención de Andrew y, lentamente, empieza a buscar ropa para tomar una ducha.

"No serías un buen actor" dice Andrew con la voz ronca de sueño. Neil finge asustarse y encara a Andrew "¿Por qué?" le responde. "Puedo ver tu sonrisa desde aquí" dice Andrew fingiendo disgusto. La sonrisa de Neil crece más. Con paso lento, Neil se acerca a Andrew hasta sentarse junto a él y susurra "¿Si o no?" La mano de Andrew se enreda en su cabello y empieza a atraer su rostro, cuando están a un suspiro de distancia, Andrew susurra "Primero quiero mi pastel"

La mente de Neil está nublada, la cercanía de Andrew siempre logra nublar sus pensamientos y anclarle a la tierra. La presencia de Andrew, su cercanía, su toque, siempre hacen que Neil Josten vuelva a ser Neil Josten. El conjunto de músculos, huesos, arterias, órganos empieza a organizarse hasta convertirse en una persona. Una persona que daría todo por inmortalizar estos momentos.

La sonrisa de Neil se expande, es una de esas sonrisas que solamente Andrew puede ver. Es una sonrisa que demuestra felicidad pura, confianza y otro sentimiento que ninguno de los dos puede nombrar.

Neil le entrega el postre a Andrew y, sin perder tiempo, Andrew empieza a devorarlo. La expresión de Andrew no revela nada, pero Neil puede ver el suspiro casi imperceptible que sale de Andrew cada vez que come un bocado. Con una última mirada, Neil se dirige al cuarto de baño a tomar una ducha rápida.

Al regresar, Andrew se encuentra acostado nuevamente, el recipiente del pastel completamente vacío, ni una migaja sobrante. Neil agarra su teléfono, son las 7:37. Suprimiendo un suspiro, empieza a alistarse para su clase de las 8:00. Al levantar la mirada se encuentra con los ojos de Andrew e inmediatamente una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios. Neil se acerca a Andrew y pregunta "¿Ahora sí podré tener mi beso de buenos días?" Andrew finge exasperación, pero con su mano jala a Neil hasta que este se siente junto a él. "¿Si o no?" dice Neil. Andrew coloca su mano en el cuello de Neil y presiona hasta que se encuentren frente a frente. "Si" dice Andrew.

Usualmente, los besos entre Neil y Andrew están llenos de fuego, pasión, deseo. Ninguno de los dos sabe cómo ser delicados, suaves o tiernos. Sin embargo, estos dos años les han enseñado bastante. El beso que experimentan está lleno de suavidad y sentimiento. Neil no es amante del dulce, pero este beso es, definitivamente, su dulce favorito. La dulzura del beso es indescriptible, una pequeña colisión de labios. Andrew coloca un pequeño beso en el labio inferior de Neil y un escalofrío se apodera de él. Neil puede saborear chocolate en el beso y lejanamente piensa que el chocolate tiene un sabor magnífico.

Voces empiezan a sonar y ambos se separan a regañadientes. Todo pensamiento coherente desapareció de Neil, siente que sus músculos están hechos de algodón de azúcar. Andrew dice "Vas a llegar tarde" Por un momento, Neil no comprende a qué se refiere Andrew y luego recuerda que tiene clases. Se separa abruptamente y revisa el reloj, 8:14.

Llegará tarde, de nuevo.


Mi vida contigo (Andreil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora