8: La mayoría de chicas.

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Estoy a punto de salir de la universidad cuando una de las pelinegras decide que es buen momento para correr detrás de mí y acercárseme. En vez de apretar el paso hasta llegar a mi auto -porque me da el tiempo de hacerlo-, decido no ignorarla y saber qué quiere.

Siempre que me molestan lo hacen de lejos, el que ya me tiendan una emboscada en la salida llega a ser un tanto tedioso.

- ¡Oye, caminas muy rápido para andar siempre en tacones! -Bufa, desairada y me mira mientras ríe por lo bajo-. No me presenté, yo soy Steph. Si no sabes diferenciarme de Halsey, tengo los ojos más oscuros y un lunar en el cuello.

Asiento con la cabeza y sigo caminando, ella camina a mi lado.

- ¿Adónde vamos? -Pregunta y yo la miro de reojo.

-Yo voy a mi apartamento, no tengo ni la más remota idea de adónde vas tú -digo.

- ¿Por qué eres tan grosera? -Se cruza de brazos y me mira con el ceño fruncido.

-No es que ustedes se hayan portado de la mejor manera conmigo -replico con carencia de humor-. ¿Y tu clon?

-Halsey está en la biblioteca con los chicos -dice-. Yo ya he salido, ¿cómo es eso de que nos portamos mal contigo?

-Iniciando porque faltan unos tres meses para salir de la universidad, ustedes no me han dejado de molestar durante lo que va del año -expreso, deteniéndome frente al estacionamiento-. Se la pasan burlándose de mí como si fuese un payaso andante e invaden mi espacio personal. Están adonde quiera que yo estoy y resulta un poco tedioso tener que estar siempre con ustedes cuando, claramente esas no son mis intenciones.

-Ya, pero tú lo ves por el mal lado -dice y yo me cruzo de brazos, a la espera de que diga el buen lado de esto-. Bueno, probablemente es cierto. Es que eres muy rara, muy, muy rara. Te gusta vestirte como lo haría Melanie Martinez en la alfombra roja. ¿Entiendes nuestro punto?

-En absoluto, porque Melanie Martinez se viste como bebé y yo no me visto como bebé, me visto muy bien -replico.

-Bueno, tus vestidos son pomposos y, aunque debo admitir que son bonitos, eres la única persona que ha durado tres años seguidos viniendo sin terminar por ser un desastre de jerseys y pantalones holgados -dice-. Aquí todos visten cómodos porque los días lectivos son largos, y luces exactamente como el tipo de chica que cree que lo tiene todo en las manos. Nos pareces muy rara y eso nos da gracia.

- ¿Cómo es que aprobaste el examen de admisión? -Es lo único que cuestiono-. Las personas que se atreven a estudiar Medicina en un espacio como Stanford, tienen que ser conscientes de que la vista es engañosa. Y que antes de juzgar, primero se debe someter a investigación. Según muchas personas, soy una niña mimada, cabeza hueca, que solo porque carga un bolso Gucci y tiene un auto caro es una tonta. Y te equivocas.

-Pero...

-Muchos creen que pueden venir y burlarse de mí, que hablo de más y que no pienso en absoluto. Y si estoy en este lugar es porque, entre noventa mil estudiantes que realizaron las pruebas de admisión, y de los pocos dos mil que aceptaron, yo fui elegida -digo-. Mi ropa no dice nada de mí, solo expresa que me gusta vestirme de caro, pero, ¿crees que mi aspecto grita que tengo una de las mejores calificaciones de mi salón? No, cierto que no lo hace.

Ella se queda callada un par de segundos. Y yo quiero seguir, porque necesito liberarme ya.

-Lo dije una vez y lo diré de nuevo; he venido a este lugar para no fracasar, desde un principio sabía a lo que me atenía y estudio lo suficiente como para no necesitar estudiar hasta medianoche tiempo antes de los exámenes -resuelvo-. Espero que les digas todo esto a tus amigos y que de una buena vez, me dejen en paz. Al menos, estos tres meses que quedan de clases. Y espero que el próximo año lectivo, puedan madurar.

Días de GloriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora