Dirty little secret

¿Temes que no le guste saber que no fue el primero en nada?

La cena con los padres de Even había ido bien, al principio había estado muy nervioso respecto a ir ahí y presentarse, no sabía que dirían exactamente después de que Even saliera con Sonja por tantos años, pero en realidad lo habían hecho sentir cómodo y sus nervios se evaporaron casi de inmediato, tras la cena, los dos habían salido rumbo a su piso, por lo que había alcanzado a escuchar, Even se quedaría con él, lo que sonaba bien ya que las chicas sacarían a Noora del piso junto a Eskild, pues el rubio les había metido en la cabeza que debían conseguirle un chico atractivo a la rubia para que dejara de hablar de William.

Estarían prácticamente solos, teniendo en cuenta que Linn casi no salía de su habitación. Una vez ambos estuvieron fuera de la casa, Even tomo disimuladamente su mano, no lo hacían a menudo, en realidad no podía recordar una sola vez en que hubieran ido de la mano por las calles, pero debía admitir que le gustaba no tener que esconderse más y la sonrisa de Even había vuelto a ser la de antes, así que estaba realmente feliz del sitio donde se encontraba ahora.

Sabía que debía presentar a Even a sus padres también, pero a diferencia de la seguridad que tenía él sobre como lo recibiría su familia, él no estaba muy seguro de cómo iban a reaccionar sus padres, una cosa era decirlo y otra hacerlo, así que estaba evitando el tema lo más que podía.

―Creo que ellos te amaron. ―murmuró el rubio alto que tomaba su mano, sonriendo con completa sinceridad, le gustaba ver a Even así, después de las semanas pasadas, una parte de él temía que cualquier cosa pudiera tumbarlo de vuelta al estado en que se encontraba, intentaba ser positivo, pero él no conocía del todo cómo funcionaba esa enfermedad, había leído mucho al respecto en internet, pero sentía que solo conocía lo que cualquiera podría saber si investigaba para una tarea. Quería saber más, saber lo que Even sentía o pensaba, entender sus preocupaciones y todo el proceso, pero no quería abrumarlo con preguntas cada cinco minutos, prefería esperar a que él estuviera listo para abrirse.

―Eso espero, Jonas me dijo que decir. ―respondió sonriéndole de vuelta. ―Y me dejaron llevarte a mi piso, así que debe ser un buen comienzo. ―añadió guiñándole un ojo, el rubio le sonrió divertido, no era muy tarde, así que las calles aun no estaban por completo oscuras, el viento comenzaba a ser más frío por la temporada, pero soportable.

― ¿Jonas te dijo que decir? ―preguntó con cierta diversión, él puso los ojos en blanco, antes de sonreír de vuelta.

―Tuve que darle mi diez por ciento por esos consejos. Sino hubieran funcionado estaría en su casa cobrándolos ahora mismo. ―respondió con simpleza, Even soltó una corta y grave carcajada. Continuaron en silencio hasta llegar a la calle de su piso, con la tranquilidad de un silencio cómodo, estaban a solo unos pasos de la puerta cuando su celular comenzó a sonar, lo saco y contesto mientras buscaba la llave para entrar.

―Hola. ―murmuró con desinterés, no tenía ganas de hablar con nadie, quería entrar al piso y acurrucarse junto a Even en su cama, sin Eskild afuera preguntando constantemente que estaban haciendo o con la incómoda sensación de que Noora estaba afuera escuchando todo, después de un par de meses viviendo ahí, sabía que las paredes eran muy delgadas, así que cualquier cosa que hicieran se escucharía al otro lado del apartamento.

―Isak, ¿cómo fue la cena? ―preguntó la voz algo confusa de Eskild, frunció sutilmente el ceño, sabía que había estado tan o más ansioso que él, por la cena con los padres de Even, pero no creía que, a mitad de su salida con las chicas, le llamaría para saber cómo había ido todo, eso no sonaba a Eskild.

―Bien, creo que les agrade. ―murmuró confundido, Even le miró divertido recargado en la orilla de la puerta, encontró la llave y se la paso para que abriera pues esa puerta siempre encontraba la manera de atorarse solo con él.