Capitulo 19: Secuestrados

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Narra Willy

Al día siguiente en clase de biología, Samantha se apareció como si nada hubiera pasado, el profesor la presentó a la clase y más de uno estaba boquiabierto ante sus… atributos por así llamarlo.

El único asiento vacío estaba hasta el fondo y no pude resistir soltar una risa ahogada, pero duro poco porque un chico en los asientos de la primera fila le cedió su asiento, me miro de reojo y sonrío triunfante, vaya que nos vamos a llevar mal.

La clase de hoy hablaba sobre reproducción humana, un tema poco interesante para mí, poco o nada me interesaba conocer sobre eso. Alguien que mostraba un interés entusiasta era ella, parecía estar esperando el momento justo para hacer una pregunta. Y eso era justamente lo que hacía.

—Debe destacarse que el acto reproducción solo es posible entre un hombre y una mujer, aunque vosotros eso lo debéis saber primera mano—decía el profesor Ordoñez, no sé porque un abrumador escalofrío me recorrió de la nada. Mire a Samantha, me está viendo fijamente.

—Entonces eso significa que una pareja gay no tiene ni la más mínima posibilidad de tener un hijo—comento, estaba buscando provocarme a mí o a Samuel, quien estaba hasta unos asientos más atrás con la mirada perdida, esperando por algo.

El profesor asintió con cierta duda ante la actitud prepotente y dominante de Samantha, creo que hasta él le debe tener cierto miedo. Según me contó Samuel, ella se fue a Madrid antes de que entraran a secundaría y conociera a el profesor Ordoñez. Inclusive así, el profesor se notaba con cierto nerviosismo al responderle.

—Pero, profesor. ¿No conoce usted los “vientres de alquiler”? Una forma de que cualquier pareja pueda tener un hijo, sea cual sea su situación—dijo una voz por detrás, era Samuel. El profesor ya no sabía qué hacer, el tenía en claro que una discusión estaba por empezar. Sus clases eran particularmente calladas y sin algún tópico que fuera chispa para comenzar una discusión entre adolescentes, pero estaba vez es diferente.

—Si, pero son excesivamente costosos—replico Samantha—y son motivo de opresión para las pobres mujeres que hacen eso.

—Motivo de opresión… o una forma de alimentar a sus familias—esto se iba a terminar mal si seguían discutiendo, y es que entre esos dos la tensión se podía palpar, querían matarse. Todo el salón estaba observándolos, Samantha parecía poco importarle la discusión, ella solo quería provocarnos.

La campana se oyó de fondo y todos empezaron a guardar sus cosas. Salvados por la campana, el aula rápidamente se vacío y quedamos solo Samantha, Samuel y yo. Me acerque a él y le advertí que lo único que ella trataba de hacer era hacer que nos expusiéramos, teníamos que calmarnos y ignorarla.

Saltábamos de clase en clase como robots sin vida, en cada una de las asignaturas que nos encontrábamos Samantha tenía siempre una forma de lanzar el primer golpe, y no creo que ella sea de las personas que pierden la oportunidad de atacar primero, pero las guerras no las gana el más rápido, sino el más astuto. Que por desgracia, ella era ambas. Astuta y veloz, un combinación terrible en manos de una persona como ella.

Después de clases me fui a casa con la esperanza de poder descansar de todo lo que había estado sucediendo el día de hoy, que está de más decir que no fue del todo agradable.

Samuel tenía el día libre, pero esto no era excusa para que no fuera a pasarse por su trabajo, afirmo que iría a comprar unos postres y luego volvería, yo asentí y subí a mi pieza a hacer deberes, faltaba poco menos de dos semanas para las vacaciones de navidad, unas bien merecidas vacaciones.

El viento de otoño con tonos de invierno que se mezclaban, entraban por mi ventana. Frío, congelante, el clima puede ser incesante, inclemente, a la vez que puede ser piadoso y cálido, es como el amor. Puede ser frío o cálido, cada quien elije como expresarlo, siempre he creído que las personas que soy frías y reservadas son las mejores para expresar cariño, pero solo lo hacen con la persona adecuada.

Un viaje juntos (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora