Capítulo 22: Falsa tranquilidad

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Dicen que después de la tormenta llega la calma, pero el ojo del huracán puede confundirse con su fin. Precisamente eso es de lo que viene este relato, no porque estos dos chicos, Samuel y Willy, hayan sobrevivido a un psicópata, que era el padre del primero de los chicos nombrados, no significa que las cosas no se puedan poner peores… bueno, peor que intenten asesinarte no hay, en fin. Lo que trato de decir es que no ponemos confundir el ojo del huracán con el final de este, puede costarnos la vida.

Luego de aquella noche de tormento que pasaron nuestros dos valientes amigos, con resultados poco agradables (un padre muerto), las cosas parecían ir un poco mejor ahora. Willy había salido ya del hospital luego de haber pasado casi un mes allí, estuvo de mal humor durante dos semanas. No es de mucho agrado tener que pasar navidad y año nuevo en una camilla de hospital, ¿Qué sentirías tu al respecto? Yo no estaría muy feliz.

Las expectativas de los médicos habían sido erróneas en un aspecto, se predijo que tal vez Willy no podría caminar de nuevo debido a que probablemente habría daño en el sistema nervioso, pero fue del asombro de todos ver como él se levantaba de su camilla e iba al baño por si solo el día antes de navidad, al salir todos lo miraban con rostros de impacto y no le dio importancia y volvió a la camilla, después de eso Samuel no pudo contener las risas y acto seguido todos hacían lo mismo. Pensarás que es algo extraño, pero no lo es, puede verse como un reflejo de alegría, claro. Willy al ver esto pensó que tenía la bata del hospital mal puesta y todos le vieron semidesnudo, un acalorado rubor no se hizo esperar en su rostro, algo que hizo no fue de mucha ayuda para apaciguar las risas. Cabreado e indignado, mando a todos los presentes a tomar por culo, se dio media vuelta y se durmió. Una escena muy graciosa para todos los que estaban ahí.

Pero volviendo al presente, ya estábamos en mitad de enero. Las clases habían comenzado hace unas semanas, Willy estaba aún de “reposo”, y por qué entre comillas dirán, bueno, que un médico le haya dicho que permaneciera en cama durante un tiempo extra no fue excusa para su madre para que no hiciera las tareas. Todos los días puntualmente a las 4 de la tarde, Samuel y Alex llegaban con las tareas de las correspondientes clases. Ambos chicos se quedaban hasta altas horas de la noche acompañando a su amigo y ayudándose mutuamente en las tareas.

Muchas veces Alex se sentía incomodo porque sus dos amigos se daban afecto entre ellos dos y no es que fuera de su agrado verlos todo el rato en plan meloso. Pero para él bastaba una buena hostia en la cabeza a cada uno y seguían con sus deberes.

Samuel había vuelto a casa con su madre ahora que su padre ya no estaba, motivos los conocerán todos, y les sirvió para hacerse más unidos. Ambas familias iban al lago frecuentemente a compartir, las madres de ambos chicos no hacían otra cosa que hablar de lo buenos y malos que eran sus dos hombres, como toda buena madre su deber es compartir chismes con otras madres sobre el comportamiento de sus hijos. Por su parte Samuel veía ahora al padre de Willy como una figura paterna por así decirlo, el lazo entre todos se había afianzado mucho durante este último mes, algo que no disgustaba a nadie.

Cuando Willy por fin pudo volver al instituto como Dios manda, a terminar su último año, ya estábamos entrando al mes de marzo. Su presencia era extraña en ese lugar, aunque no muchas personas lo habían notado antes del incidente, muchos pensaron que era un alumno nuevo, después de muchas aclaraciones todo volvió a la normalidad, bueno… casi.

La felicidad no era total. Muchas personas en el instituto empezaron a notar la extraña relación que había entre Samuel y Willy, algo que los obligo a separarse un poco, conociendo la mala fama de las personas en el pueblo por ser homofóbicas, no querían caer en confrontaciones de ningún tipo.

Algunos no recordaran a Samantha, pero ella sigue asistiendo con normalidad al instituto, aferrada a la idea de que puede exponer de una u otra manera la relación de Samuel y Willy, no lo lograba claro está, pero ganas no le faltaban a la chica.

Un viaje juntos (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora