Capitulo 11: Alegría y dolor

5.5K 283 53
                                    

Narra Willy

Desperté adolorido, no recordaba nada de lo que había pasado, ¿Dónde estoy? Abro mis ojos para observar con claridad, estoy en mi habitación, ¿Cómo llegue aquí? Lo último que recuerdo es haber salido del instituto. Siento un brazo alrededor de mi cintura, apresándome ¿Qué es esto? Hay alguien abrazado a mí. Volteo sutilmente intentado no despertar a la persona a mi lado. Cuando veo quien es no me lo creo.

Es Samuel, esta durmiendo abrazado a mí. Extrañas sensaciones me abordan, por una parte hay amor, por otro lado terror y también mucha confusión. De pronto las imágenes llegaron a mi cabeza como un fuerte dolor. El acantilado, el beso, el llanto, cuando caí en sus brazos. Todo llego a mí como un balde agua fría. Me había traído a casa y se quedo conmigo, a cuidarme. Me estaba cuidando.

Me gire para quedar frente a él, parecía estar muy cansado, o tener el sueño extremadamente pesado, porque no se inmuto cuando me moví, estábamos cara a cara. Tenía la boca abierta y me causaba mucha gracia la forma en la que dormía. No quería arruinar el momento así que me acurruque bajo él poniendo mi cabeza en su pecho, sintiendo el latir de su corazón, calmado y continúo, me abrace a él para sentirlo más cerca, entonces se dio una vuelta haciéndonos caer a ambos de la cama.

— ¡Ostras! —dijo cuando cayó al suelo conmigo encima.

—Buenos días—le dije sonriendo, estábamos tan cerca como anoche cuando me rescato, casi puedo repetir aquel… no Willy.

—Vaya forma de despertar chaval—contesto con un tono pícaro.

Nos quedamos así por mucho tiempo, simplemente viéndonos a los ojos, sintiendo su cálida respiración sobre mis labios, y él la mía sobre los suyos. El tiempo parecía eterno, ninguno de los dos decía una sola palabra, solo bajaba la mirada unas cuantas veces para ver sus labios que estaban temblando, yo quería besarlo, pero no me sentía con la suficiente seguridad para hacerlo.

Me levante lentamente del piso pero me tomo del brazo haciéndome caer nuevamente encima de él, nos hizo dar una vuelta para quedar él encima de mí, yo ahora estaba contra el suelo. No sabía qué era lo que pretendía hacer pero me sentía nervioso, quería que lo hiciera de una buena vez, que me besara y me haga olvidar todo por unos instantes, no soportaba ya más la tensión entre nosotros.

Lentamente se fue acercando a mi rostro, volvía a sentir su respiración muy cerca de mi rostro,  estaba tranquilo, mientras yo estaba con el corazón a punto de salir de un solo golpe de mi pecho; cuando estuvo lo suficientemente cerca de mi rostro cerré los ojos esperando que me besara. Estire mis labios inconscientemente, viendo venir todo, pero no.

Alguien abrió la puerta de mi habitación, era Caro, voltee a verla, tenía una cara de estar flipando a millón, rápidamente aparte a Samuel de encima de mí y me puse de pie mientras él se descojonaba en el piso. — ¿En serio Guillermo? —dijo Caro cruzándose de brazos.

—Te dejo un rato con él y ya están haciendo cosas—me reclamo intentando contener las risas, se le notaba a leguas chaval.

— ¡¿Qué?! —le reclame—Él y yo no estábamos… no íbamos a…—mejor me callo antes de liarla más.

—Tranquilo Willy, tu hermana solo esta bromeando—me dijo Samuel poniendo sus manos en mis hombros.

—Es que los dos son unos guarros. Iba a follar con una niña en casa, me dais asco los dos—decía Caro con una sonrisa en su rostro. Es tonta, es tonta chaval.

— ¡Que no íbamos a hacer nada, coño! —estaba exaltado, no podía creer que mi hermana estuviera bromeando con esas cosas.

—Ya Willy, déjala, solo te quiere molestar—dijo el causante de todo esto, es que lo reviento.

Un viaje juntos (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora