Capítulo 23: Terrible decisión

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Martes por la mañana, como siempre Willy y el 90% de los estudiantes, por no decir todos, ya estaban preparándose para ir a clases, algunos aprovechaban el tiempo revisando su email o sus redes sociales en sus móviles o en sus portátiles, pero ninguno pudo escapar a ese misteriosa dirección web que llego de manera a anónima a todos en el único instituto de Valle de Plata.

Guillermo había decidido, específicamente este día, revisar su correo. Su sorpresa no se hizo esperar. Y no lo tomaría de la mejor manera.

El monitor de su ordenador fue a parar a más de un metro de distancia de la mesa, estaba furioso, y vaya a qué nivel. Su madre subió alarmada a su habitación para encontrar un Guillermo enrojecido por la ira y la impotencia, el monitor en pedazos yacía en una esquina de la habitación, por suerte solo había sido eso y no algo más.

Aquella mujer preocupada intentaba hallar el por qué de aquel estado de ánimo tan agresivo en el que se encontraba su hijo, pero las únicas respuesta que obtenía eran golpes a la pared y patadas.

Luego de unos minutos, Guillermo se sentó al borde de su cama y comenzó a llorar. Había sacado toda la rabia que le había generado ver ese único correo que tenía en su bandeja. Era la dirección web del blog con imágenes suyas y de Samuel cuando se encontraban supuestamente solos y hacían que eran una pareja totalmente libre a la vista pública. La verdad fue como un golpe certero en la cara.

Su madre aún seguía sin entender que era todo lo que estaba pasando, escucho la voz de su hijo que se hallaba hecho una bola, le pedía no ir al instituto hoy y que por favor llamará avisando de eso. Pese a que tenía un examen que había perdido por estar en el hospital, programado para hoy, decidió faltar y quedarse todo el día en su cuarto.

Samuel, por otro lado, se encontraba camino al instituto. Ni siquiera le importaba revisar su móvil por las mañanas, si tenía mensajes los respondía, sino no. Pero le extrañaba que Willy no le haya escrito, lo dejo pasar afirmando que tal vez había olvidado cargar el móvil, habían pasado toda la noche hablando por mensaje y Guillermo se quedo dormido, seguramente con el móvil en el rostro y no tuvo tiempo de conectarlo.

Cuando llego al instituto, y aparcar el coche, notaba como la mirada de la mayoría de las personas se desviaba a él y luego se apartaban con una risa o una mueca de asco o descontento. No sabía si era que tenía la ropa mal puesta o un grano del tamaño de un neumático en su rostro, se hacía la vista gorda a tantas cosas a su alrededor que no entendía que era lo que sucedía.

Camino a paso largo y cabizbajo hasta su casillero, poco después fue interceptado por Alex, quien preguntaban eufóricamente donde estaba Guillermo. Pues él, mejor que nadie, sabía la manera en que, la noticia que estaba por contar, le afectaría especialmente a él. Samuel le explicaba confundido que no sabía nada de Willy desde anoche. Y otra cosa era que normalmente Samuel lo recogía en su casa, pero anoche le había informado que iría con su madre, ya que ella tenía que hablar unas cosas con el director, por eso es que Alex llego de tal manera, angustiado y precipitado, preguntando por su amigo.

A todo esto, Samuel seguía sin saber cuál era el motivo del estado de ánimo del pequeño, le preguntó y la respuesta que consiguió fue una portátil abriéndose y dejando a la vista unas imágenes, tomadas con una cámara muy buena, de él y Willy en plan mimosos, cosa que lo dejo estupefacto al instante.

Se sentía realmente impotente y cabreado, pero solo era una fachada para sus verdaderas emociones, por dentro en realidad estaba triste y preocupado. No entendía la manera en que ese tipo de fotos habían llegado al internet, y tampoco podía imaginar quien era la persona responsable.

De pronto, las puertas se abrieron con fuerza como si la ráfaga de un huracán las hubiera empujado. Por ellas entro nada más y nada menos que Samantha. Luciendo muy coqueta y dejando muy poco a la imaginación el día de hoy, y es que la chica lograba hacer que el uniforme de alguna manera se viera sexy.

Un viaje juntos (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora