Un viaje juntos (Wigetta)

Capitulo 21: Tranquilidad

Samuel no podía creer lo que sus ojos veían, la persona que más quería estaba muriendo frente a sus ojos y no podía hacer nada. Las sirenas de policía se escuchaban a la distancian, pero poca atención le prestaba a eso, él solo podía ver como el rostro de su amor de adolescencia se volvía pálido y perdía la vida.

Pero él no se resigno a simplemente dejarlo ir, recordando todos los episodios de los programas de hospital que alguna vez vio, comenzó a darle palmadas en el rostro a Willy evitando que se durmiera, puso su mano sobre la herida de la bala y presiono para detener la hemorragia, obviamente nuestro Willy se removió por el dolor que eso causaba, pero era señal de que aún seguía con vida y podría resistir hasta que una ambulancia llegara.

Poco tiempo paso antes de que dos patrullas de policía y una ambulancia aparecieran por el camino de grava que daba entrada a la antigua casa de campo de la familia de Samuel, los agentes de seguridad actuaron y se llevaron detenido al agresor, en este caso, el padre de Samuel. Él cual no pudo evitar encontrarse con la mirada acusadora y de desprecio total de su hijo. Poco o nada le importaba a él que su hijo lo despreciara, pero el sentimiento era mutuo, ahora a Samuel no le importaba absolutamente nada lo que pudiera pasar con su padre, algo de la idiosincrasia de su padre moraba en él, y eso le permitía ser tan frío de vez en cuando.

Willy fue llevado de urgencia al hospital más cercano, más de una vez la ambulancia paso una luz roja y casi choca con uno que otro conductor despistado que anda en su mundo y no escucha las sirenas.  Samuel iba en la parte trasera con Willy y estaban totalmente desconectados del mundo. Samuel no soltaba la mano de su novio en ningún momento. Pero empezaba a respirar con dificultad, uno de los paramédicos lo noto de inmediato y le pusieron una mascarilla de oxigeno para estabilizarlo hasta llegar al hospital.

La gente en urgencias ya estaba avisada de la llegada de Guillermo, se le había dado prioridad pese a la cantidad de personas que había esperando por ser atendidas en la sala de emergencias. Una vez llegaron los asistentes se apresuraron a bajarlo rápidamente de la ambulancia y llevarlo corriendo a un quirófano, había perdido mucha sangre y Samuel nunca se había tomado la molestia de preguntarle a Willy su tipo de sangre, se tuvo que ver en la difícil situación de avisarle a la madre de este para que llegara lo más pronto al hospital y diera los datos necesarios.

La madre de Guillermo estaba devastada ante tal devastador suceso, además de haber pasado toda la tarde en vigilia esperando que alguno de los dos chicos apareciera, como ninguno contestaba el móvil más preocupación recaía en sus hombros. Y al recibir el llamado de Samuel no pensó siquiera una vez antes de salir corriendo en el coche al hospital, en menos de diez minutos había llegado.

La preocupación no dejaba paso al llanto, pero eso vendría después cuando viera el estado en el que su hijo quedaría. Debido a que Guillermo estaba perdiendo mucha sangre y no podían esperar mucho, le empezaron a aplicar sangre de tipo universal y fue llevado al quirófano para remover la bala que aun seguía incrustada en su cuerpo, lo que ningún médico sabía era el daño real que había causado la bala.

Esta había llegado a tocar su columna, peligrosamente cerca de la medula espinal, fácilmente Willy puede haber perdido la movilidad en sus piernas, brazos o incluso la de todo su cuerpo. No se sabrá hasta que despierte luego de la operación.

Samuel y la madre de Willy esperaban impacientes fuera de la sala de operaciones, en un vaivén de piernas sacudiéndose, caminatas en círculo por el pasillo que probablemente abrirían un hueco, el miedo era igual para ambos, perder un hijo y perder el amor. En ambos casos era terrorífico.

El doctor encargado de la operación salió por las blanquecinas puertas que daban paso y salida del quirófano, su cara era inexpresiva, como la de cualquier médico que sólo se dedica a hacer lo mejor en su trabajo y no dejar morir a nadie.