Capítulo 1

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Una típica tormenta otoñal caía azotando la ciudad. En esa oscura tarde, el frío cubría el ambiente. Lauren estaba acostaba boca abajo leyendo el libro favorito de su mejor amiga Camila. Ella le había prometido leerlo solo si Camila también leía su libro favorito. Para nadie era un secreto la fuerte conexión que Camila y Lauren tenían. Perdida en su lectura, Lauren se distrajo pensando en su mejor amiga y en todo lo que había vivido el último mes.

Lauren se levantó de su cama intranquila por causa de su amiga. La joven latina estaba preocupada. Quería ayudar a Camila, pero no sabía cómo hacerlo. ¿Cómo ayudas a alguien que ha perdido lo que más ama, de la forma más cruel, a sus veintiún años? Lauren amaba a Camila, la amaba como a nadie en el mundo, y hubiera dado todo de ella para que su mejor amiga estuviera bien. Sin embargo, eso no fue lo que pasó.

El timbre de la puerta de su casa sonó, haciéndola salir de sus conjeturas. Los padres de Lauren no se encontraban en casa, por lo que ella tuvo que atender. Al abrir la puerta, la latina se encontró con una imagen que la dejó sin palabras. Del otro lado, estaba Camila totalmente empapada. Su mirada estaba vacía y su cabello era un desastre, aun así, Lauren pensó que se veía hermosa.

—Hola—musitó la más joven—. Yo solo quería devolverte esto.

Sin darle tiempo a Lauren para responder, Camila le entregó el libro amarillo que Lauren le había prestado.

—Estas helada—dijo Lauren al tocar su brazo empapado—. Pasa. Te daré algo de ropa seca y te haré chocolate con pan. Tu favorito.

Lauren siempre tenía esos gestos con Camila. Ella siempre fue su debilidad. Cabello era la única que lograba derretirle en corazón y con la única que se permitía ser más afectiva. Lauren la amaba en secreto.

—No—dijo la joven con tristeza en su voz. Mucha más tristeza de la que usualmente tenía por esos días—. Es más fácil así.

—Te vas a resfriar—insistió Lauren—. Déjame hacer algo lindo por ti.

—Ya lo hiciste—contestó Camila. Miraba con angustia a Lauren—. Tú siempre lo haces. Yo solo quería traerte el libro.

—Quédate esta noche conmigo—Dijo finalmente Lauren—. No tienes que regresar a esa casa vacía si no quieres. Pediremos pizza y dormiremos abrazadas.

Camila se moría por aceptar la propuesta de Lauren; nada la habría hecho más feliz que pasar tiempo con su mejor amiga y olvidar del infierno que estaba viviendo, pero no podía aceptar la propuesta porque ya tenía planes para esa noche.

—No puedo—dijo sin atreverse a mirarla a los ojos—. Tengo que hacer algo esta noche.

—¿La próxima semana? — Volvió a decir Lauren con paciencia y ternura en su voz.

—Tal vez—dijo Camila aunque sabía que no habría una próxima vez para ellas.

—¿Segura que no quieres entrar? —volvió a insistir Lauren—. Puedo hacerte mimos hasta que te duermas.

Aquel comentario le causo una tímida sonrisa a Camila. Esa pequeña sonrisa fue la primera sonrisa sincera en semanas. Camila correspondía los sentimientos de Lauren, pero no se había atrevido a decírselos por temor a perder a su mejor amiga. Ya había perdido a sus padres, y no quería perder a alguien más. Aunque, en ese punto, ya nada importaba.

—Segura—dijo la joven empinándose para tratar de quedar de la misma estatura de Lauren—. Sabes que te quiero mucho—musitó Camila acercándose más y más a la joven de ojos verdes—. No lo olvides nunca.

Te Has Ido | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora